Rafael Simón Jiménez dice que el CNE recibe el mandado hecho desde la «mesita»
El vicepresidente del CNE, Rafael Simón Jiménez, conversa en Palabra Hecha Podcast sobre las decisiones tomadas por el directorio del CNE para las elecciones parlamentarias. Admite que la tarea es fácil pues son cosas «precocidas» en la Mesa de Diálogo Nacional, revela hasta dónde llega su conocimiento en lo decidido y comenta que él mismo evalúa constantemente qué lo llevaría a renunciar al cargo que ostenta
Rafael Simón Jiménez fue juramentado como rector principal del Consejo Nacional Electoral el 12 de junio de 2020, designado por el Tribunal Supremo de Justicia. Asumió como Vicepresidente del organismo. Desde allí ha insistido en la importancia del voto y ha defendido que los cambios al sistema electoral en 2020 buscan buscan mayor proporcionalidad y representatividad del voto.
En esta entrevista, hecha para Palabra Hecha Podcast, le hacemos preguntas incómodas, le exigimos precisiones técnicas, justificaciones jurídicas y respuestas a cuestiones por ahora no aclaradas. Al cerrar el diálogo, Jiménez se preguntó si había sido un episodio de «La silla caliente», recordando a Oscar Yánez.
Pero no se trata de temperaturas, sino de información. Especialmente porque en TalCual hemos publicado que la decisión de aumentar la cantidad de diputados a 277 no tiene basamento constitucional, y de hecho viola lo establecido en la Carta Magna; pusimos a expertos electorales y matemáticos a encontrarle pies y cabeza a las fórmulas implementadas por el CNE, y no las encontraron; hemos evaluado cómo el aumento del número de diputados favorece a la revolución y profundiza la desconfianza; aun tomando en cuenta que la oposición «institucional» pierde más si desecha las parlamentarias, pero necesita blindar el consenso.
Rafael Simón Jiménez dice que la fórmula para la cantidad de diputados «no es matemática, es política», que él no conoce detalles de cómo se construyó el reparto por estado de la cantidad de escaños, admitiendo que puede haber desproporción, ni cómo se determinó que la «lista nacional» tuviese 48 diputados adicionales; que el directorio del CNE está implementando lo ordenado por el TSJ, y que «en cierta forma a nosotros nos llegan las cosas, vamos a decir, precocidas (desde la «mesita»), como cuando tú buscas una pizza y lo que tienes que darle es la última cocción al horno».
Con el vicepresidente del CNE también conversamos sobre las viabilidades técnicas de la elección, tanto financieras como al respecto de las máquinas electorales; sobre las palabras de Padrino López a la oposición , sobre sus señalamientos de que el chavismo cuenta con una «oposición amaestrada», por la legalización de los partidos y por los cambios en el voto indígena. Sobre esos dos últimos puntos reitera que las decisiones primero se tomarán en la Mesa de Diálogo Nacional para luego ser implementadas en el CNE.
Sostiene que no hay casos confirmados de covid-19 dentro del CNE y que el camino de la participación electoral es el único viable para Venezuela, mientras revela que él mismo evalúa constantemente qué lo llevaría a renunciar al cargo que ostenta.
A continuación, la entrevista en video, producida para Palabra Hecha Podcast por María de los Ángeles Graterol y Víctor Amaya, y que puedes escuchar en audio en las plataformas Ivoox, Spotify, Apple Podcast y Spreaker, haciendo clic en los respectivos enlaces. Y más abajo, una transcripción con lo fundamental del diálogo.
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-Lo primero que quiero preguntarle es por lo que dijo Vladimir Padrino López el 5 de julio sobre la oposición. Él se refería a los que están liderando la Asamblea Nacional, los llamó facción, y dijo: «No serán poder político en Venezuela jamás en la vida». Como Vicepresidente del Poder Electoral, ¿qué le responde a Vladimir Padrino?
-Esta transgresión creo yo que lo autodescalifica, creo que no hace ninguna gracia. En efecto, ante esta provocación, de sacar a la oposición de la ruta electoral, creo que la respuesta debe ser todo lo contrario. Todas estas cosas del militarismo, que tienden a poner obstáculo en la ruta electoral, lo que tienen que ser es desafiadas correctamente por las fuerzas democráticas y cívicas venezolanas. Yo digo que lamentablemente, la oposición en Venezuela, sobre todo la oposición que tiene como eje el G4, es una oposición ya amaestrada. Ya el gobierno sabe cómo es la reacción instintiva, irracional, mecánica de sus adversarios.
-¿El Poder Electoral pudiera emitir una sanción, una alerta, una respuesta institucional al Ministro de la Defensa?
-Mira, habría que plantearlo. Yo con eso no me hago demasiadas ilusiones. Todo el mundo sabe la composición que el Poder Electoral tiene, eso es público y notorio. Yo creo que algo que tiene que estar muy claro que Venezuela es el terreno que estamos pisando, el terreno como digo yo, y los sujetos. En este caso hay que hacer una análisis de la naturaleza del adversario que estamos teniendo, un adversario acostumbrado a la provocación, al abuso, acostumbrado a la extralimitación. Ahora, lo que nos corresponde a nosotros es no responder mecánicamente a esa provocación, sino censurarlas, condenarlas, pero también evadirlas.
-Tomo una frase que usted acaba de decir y ya la había dicho días atrás: «El gobierno tiene una oposición amaestrada. También dijo hace unos días en Globovisión: «Los partidos del G4 son caudillistas». Le apunto esas dos expresiones porque son quizás dos que no se le escucharon nunca ni siquiera a Tibisay Lucena. Como rector del CNE, ¿esas expresiones no causan mucho más ruido?
-Bueno, mira, yo soy una persona que tiene una posición política muy clara. Es más, yo mismo estoy en una reflexión de cara a mi conciencia, sobre si mi papel más importante estará tratando de cumplir el papel arbitral, o asumiendo, conforme a mis convicciones y en un momento tan difícil que está viviendo Venezuela, lo que yo siempre he ejercido, y que por cierto en buena medida me lo enseñó el fundador de este diario, Teodoro Petkoff, que es una posición claramente beligerante a favor de la democracia. Yo no voy a cesar ni a cambiar, ni a modificar una coma de la posiciones que yo he tenido. Trato de modularlas, trato de de moderarlas, trato de hacer mi compromiso arbitral, pero, las dificultades que está viviendo el país, la propia polarización y la manera como los dos factores de la polarización, el gobierno y el G4 pretenden llevar el debate político venezolano hace que no sea posible en muchos casos una neutralidad, sino que uno tenga que afirmar con claridad las posiciones que siempre ha tenido.
-Lo cito de nuevo con lo que dijo en Primera Página en Globovisión, dijo: «En diciembre se votará con las máquinas que siempre se ha sufragado». El 8 de marzo se quemaron 49.000 máquinas. Usted dijo el 16 de junio que llegarán 15.000 máquinas que ya habían sido previstas por renovación de equipos. Incorporando esas, queda una brecha de 34.000 máquinas. ¿Con cuáles máquinas se va a votar en diciembre?
-Fijate tú, yo tenía una información fraccionada del tema de las máquinas de votación. En principio, la información que yo recibí fue exactamente la que transmití, que antes de la quema se había acordado adquirir 15.000 máquinas de votación por obsolescencia tecnológica o por renovación de equipos, y que ese punto se había aprobado en el directorio del CNE y no se había podido ejecutar por falta de disponibilidad presupuestaria. Pero luego, para mi sorpresa, me encuentro con una información en el directorio que nos dieron recién la semana pasada, de que las máquinas habían sido adquiridas por el directorio anterior mediante la negociación mediante un consorcio, entiendo argentino-venezolano, que se va a encargar de traer las máquinas de China, y que se iba a encargar de suministrar el software. Yo no tengo conocimiento de esos procesos, que siempre tienen que ser transparentes porque están bajo la sospecha de negociados no suficientemente transparentes. Pero lo que sí puedo decir yo, es que en diciembre vamos a votar con las mismas máquinas que siempre hemos votado.
-¿Hay recursos para pagar las elecciones de diciembre?
-Yo no tengo conocimiento de dónde van a salir los recursos, pero sí sé que van a haber los recursos. El Estado venezolano es un Estado inauditable. Tú no sabes de dónde salen los recursos absolutamente para nada, pero salen. Es decir, que el gobierno debe tener alguna caja secreta o algún suministro de fondos. Yo no tengo conocimiento de dónde van a salir los fondos, pero estoy absolutamente seguro de que van a salir, y esa estructura tan menguada por las deplorables condiciones económicas y sociales seguramente será reparada mediante la contratación de personal, especialmente para el acto electoral. Y además, el CNE que ha hecho tantas elecciones en los últimos tiempos, ya tiene una especie de inercia electoral, de mecánica electoral que le permite atender estas elecciones.
-¿En qué se basó el CNE para decidir el aumento de 66% de diputados. Pasamos de 167 a 277, pero, hay que decirlo, la Constitución establece en su artículo 187 una fórmula clara, y cuando uno la hace no hay vuelta posible matemática, y mire que en TalCual hemos puesto a matemáticos a hacerla, que dé otras cosa distinta a 165, 166 o 167. ¿Cómo llegaron a 277?
-Es que la fórmula no es matemática. La fórmula es fundamentalmente política. Y no fue que el CNE llegó a esa fórmula, es que en la sentencia está la fórmula. ¿Cuál es la fórmula? En primer lugar un ajuste por la estimación de la población electoral que el INE la proyecta a diciembre de este año en 32 millones 700 mil habitantes. Pero además, quien se lea la sentencia 0068, con la que uno puede o no estar de acuerdo, pero es obligatoria y vinculante, porque lo establece la propia Constitución, uno se da cuenta de que el intérprete, en este caso la Sala Constitucional, establece una serie de principios que según ellos colorean la Constitución. El criterio que utilizan es que como la Constitución es un texto rígido, difícil de modificar, el intérprete puede hacer una interpretación, incorporando esos principios de mayor representación, pluralidad política, diversidad política. Eso es lo que dice la sentencia. Uno puede estar o no estar de acuerdo con ellos, pero en todo caso, el CNE lo que hizo fue implementar la sentencia que ya había producido la Sala Constitucional.
-Pero la sentencia no dice 277. El número 277 lo pone el CNE.
-Claro, pero lo pone interpretando esos principios que están en la sentencia. Y yo te voy a decir una cosa, que es lo que yo no entiendo de quienes se oponen a esta interpretación. Aquí desde hace muchos años, incluso desde los tiempos de la cuarta república, hay un reclamo de las minoría políticas por buscar un sistema electoral que les garantice representación, es decir, un sistema que no sea de las mayorías. El sistema actual era el sistema más injusto del mundo. Yo no sé cómo factores de la oposición pueden defender que ese sistema se mantenga, un sistema que adjudicaba 70%por los circuitos y 30% por la lista. O sea, yo considero una reivindicación histórica de los partidos minoritarios las enmiendas que se le han hecho, tanto incrementando el número de diputados como equilibrando por la vía del 50-50 por lista y por circuito, e incorporando 48 diputados de adjudicación complementaria nacional.
-Equilibrar la proporción entre lista y nominal se podía hacer con los 167 diputados, cumpliendo el artículo 187 de la Constitución y el artículo 10 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales. El propio CNE dice que está respetando el 1.1% como base del índice poblacional pero, sigue sin estar claro por qué se aumenta a 277 diputados.
-Es lo que te digo, es la aplicación de unos principios constitucionales que se consideran que deben ser aplicados, como el sistema de mayor representación, de mayor diversidad, de mayor pluralismo político. Yo considero que esa es una reivindicación en general de la democracia, porque mientras más representación y más diversidad haya en el parlamento, a mí me parece que es un avance, ¿no? Ahora, en una Venezuela polarizada como la que tenemos, si tú dejas el mismo número hay una interpretación, si los reduces hay otra y si lo aumentas hay otra.
-Usted es historiador y como tal sabe la importancia incluso en estos temas constitucionales de ir a lo que llaman el espíritu del constituyente.
-Espíritu, razón y propósito.
-En los debates de la constituyente de 1999, cuando se planteó el asunto del artículo 187, William Lara proponía que el parlamento no superara los 200 integrantes, porque además eso abultaría la burocracia del Legislativo y por tanto no era conveniente, y hubo un acuerdo alrededor de ese punto. De hecho las propuestas eran, entre 0,9% el índice poblacional, 1% y 1,1%, que fue finalmente el que se escogió. ¿Ese basamento, ese espíritu del constituyente, no se está ignorando también en este caso?
-Mira, acuérdate tú que hubo un defecto constitucional que se votó por cierto el último día antes de aprobarse la Constitución, que fue la eliminación de la cámara de senadores. La cámara de senadores, en todo sistema federal es la cámara de representación igualitaria de los estados. Me acuerdo porque ese es uno de los criterios que utiliza también la sentencia 0068 para defender el incremento del parlamento. Es decir, buscar una mayor representación de los estados en el parlamento nacional. En todo caso, más allá de lo que haya sido el espíritu del legislador, el espíritu de la sentencia, te repito, que yo puedo compartir o no compartir…
-¿Y la comparte o no?
-Es que la vida es dinámica. O sea, yo sí creo que el intérprete de la Constitución está obligado a hacer unas interpretaciones dinámicas porque las circunstancias van cambiando. A veces la Constitución se queda rezagada , precisamente porque es de difícil modificación. Entonces, corresponde al intérprete adecuarla a la nueva realidad. Es lo que plantea la Constitución, por ejemplo, y fíjate tú, hay un mal diseño, y eso sí lo critico yo como profesor de derecho constitucional, que fue crear la Sala Constitucional e incrustarse en la cúpula del Poder Judicial como si fuera un tribunal o una corte constitucional que existe en otros países. Le dieron facultades de intérprete de última instancia de la Constitución, con decisiones son vinculantes, o sea, obligatorias para todo el mundo. Cuando tú te pones a ver, al margen del predominio político y de la hegemonía política que pueda tener el gobierno, el PSUV, la Sala Constitucional, nominalmente, es el organismo que más poder tiene, sin duda alguna, aquí en Venezuela. Ahora, eso habrá que verlo al futuro, cuando se plantee en otros tiempos, con la cabeza más fría, que es como se debe reformar las constituciones. Pero ahora, la verdad es que las interpretaciones que haga la Sala Constitucional de las previsiones constitucionales son obligantes.
-A su juicio, ¿se están modificando preceptos constitucionales con esta sentencia o no?
-Es que se pueden modificar. Según lo que establece la propia Constitución, que le da la facultad al autorizar a la Sala Constitucional para interpretar la Constitución. De alguna manera le está dando la facultad de modificarla.
-Se aumentó a 277 diputados, incluyendo una lista nacional de 48, pero la cantidad de representantes indígenas siguen siendo tres. Pasarían entonces de ser el 1,8% de la cantidad de diputados que existen hoy en día, a 1% del total. ¿Está el CNE o estaría esa próxima AN subrepresentado los pueblos indígenas? Si es así, ¿no es eso regresivo a los derechos de las comunidades indígenas venezolanas?
-Ese tema ha sido suficientemente debatido con las propias comunidades indígenas, incluso una de las modificaciones que se va a hacer ahora es modificar el sistema electoral de los representantes indígenas, tratando de adaptarlos a sus culturas, usos y costumbres. Pero yo no he visto por parte de ese sector ninguna indicación desde ese punto de vista. Sería una cosa absolutamente pertinente que esa representación pudiese modificarse, pudiese ampliarse. Pero he visto que todo lo que se hizo en el CNE en relación a ese tema fue ampliamente consultado con las comunidades indígenas, y de allí no partió ninguna iniciativa pendiente a incrementar el número de representantes indígenas.
-¿Qué nos puede decir del modo de elección de los pueblos indígenas?
-Se va a hacer, yo no lo conozco al detalle porque es un reglamento que recién comienza a ponerse en vigencia, pero sí sé que se va a tomar en cuenta una asamblea de sus pueblos originarios, que va a su vez va a dar una representación, y que va a ser un sistema totalmente distinto al que se ha utilizado hasta ahora, que es imponerle el sistema general de elección de los parlamentarios a los pueblos indígenas. Van a tener una particularidad, que como te digo, se va a adaptar a sus usos, costumbres y cultura.
-Sobre la proporcionalidad de diputados por estados. En la lista del CNE dice que Amazonas tiene 174.000 habitantes y elige seis diputados, Cojedes tiene 427.000 habitantes y escoge también seis diputados, y Falcón tiene 1.1 millón de personas registradas y escoge siete diputados. ¿Cuál fue el criterio para decidir esa distribución?
-El criterio en definitiva es que todos los estados que tuvieran derecho a menos de tres diputados por lista se llevaran a tres diputados por lista. Es decir, podía haber el que tuviera tres y se quedó en tres. Pudiera ver el que tenía uno y se llevó a tres, pudiera haber el que tenía dos y se llevó a tres. Se estableció como una base mínima de representación para los estados pequeños.
-Pero le recuerdo que por lista ya todos tenían tres, porque así lo manda la constitución. Es decir, la mayoría de los sitios en donde se aumentó fue en el nominal. Entonces, ¿no está sobrerrepresentado Amazonas con respecto a Falcón, por ejemplo?
-Mira, yo no conozco ese detalle, pero sé que eso se hizo con criterios técnicos rigurosos.
-Le insisto en que Amazonas, con 174 mil habitantes tendrá seis diputados, y Falcón con 1.1 millones tendrá siete diputados.
-Sí, puede haber una desproporción. No conozco en realidad los detalles de lo que llevó a adjudicar ese número de diputados, pero sí sé que se buscó el mayor equilibrio entre la base poblacional y la representación parlamentaria.
-Hay quien ha puesto la duda, la suspicacia con base en que el voto del chavismo siempre tiene mayor pie electoral en las zonas más rurales, y que la sobrerrepresentación de los estados pequeños puede ayudar justamente a la cantidad de escaños que obtiene el Polo Patriótico. ¿Qué opina de esta idea?
-Para sacar diputados hay que tener votos. Yo parto de la base de que la oposición venezolana puede repetir el resultado electoral de 2015, donde con las reglas del juego que había establecido el chavismo, que eran evidentemente regresivas, y que implican un sistema de sobrerrepresentación, al no tener el número de votos, al no ser mayoría, eso se revierte, como en efecto se revirtió. Los diputados que sacó la oposición en diciembre de 2015, eran muchos más de lo que les correspondía por los votos. Mira, todo lo que sean ventajas circunstanciales se invierten y se revierten cuando tú logras tener una mayoría de votos.
-Vamos a hablar de la «lista nacional». Son 48 diputados nacionales por un cociente nacional, en base a la cuenta total de votos de las organizaciones nacionales. ¿Por qué 48?
-Ese número no sé de dónde salió.
-Esta lista tampoco está en la Constitución, pero le quiero preguntar: si es una lista nacional, ¿no debería incluirse el voto desde el extranjero allí? Está representando a todo el país y no a una región en particular.
-Es que no hay una circunscripción nacional, si hubiera una circunscripción nacional, evidentemente que tendrían que votar los venezolanos en el exterior. Es más, hay un planteamiento novedoso ahora que se hizo en la reunión con los partidos políticos, que es la idea de crear unos diputados representantes de los venezolanos en el exterior, como los países que tienen grandes inmigraciones, y Venezuela ya la tiene. Ahora no hay una circunscripción nacional, lo que hay es una representación complementaria nacional que no tiene un voto directo. Esa lista se adjudica en base a la sumatoria de todo el voto lista que un partido tenga a nivel de cada una de sus listas estadales. No hay un voto directo para esa representación de los 48.
-El CNE registró 28 partidos nacionales, 53 partidos de carácter regional. Si la lista nacional se hace en base a los votos nacionales, ¿los partidos regionales no cuentan para esta lista?
-No cuentan.
-¿Pudiéramos tener el caso de que un partido regional, en Zulia por ejemplo, que tiene mucha población electoral, saque más votos que un partido nacional y aun así ese último tendrá diputado por lista nacional, pero el partido regional no?
-Pero es que si el partido regional saca una gran votación por lista, va a tener diputados por la lista del estado.
-Sí, pero se está desproporcionando también.
-Son dos planos absolutamente distintos. A ti la ley te da posibilidad de montar organizaciones regionales o nacionales. Cuando tú construyes un partido con ámbito regional es porque tú quieres competir en el ámbito.
-Claro, pero lo que me refiero es que un partido nacional tiene la ventaja de que puede sacar incluso más diputados de los que les corresponde, porque va a sacar más diputados: los regionales y los de lista nacional.
-Entiendo perfectamente el planteamiento, pero un partido regional es un partido regional, y un partido nacional es un partido nacional.
-Es como que se estuviese castigando al partido regional.
-No, no se está castigando, porque te repito…
-Quizá un diputado menos, dos diputados menos.
-Ese partido que va a obtener esa gran votación que tú me estás poniendo como ejemplo va a tener la posibilidad de tener su representación en la lista del estado.
-Pero tiene un techo, un límite.
-Tiene un techo que deriva de su condición regional.
-Voluntad Popular en este momento no está habilitado. ¿Ahora que la directiva fue intervenida por el TSJ será incluido en la lista de partidos habilitados?
-Eso es una decisión que corresponde a la Asamblea Nacional Constituyente, que fue la que habilitó y deshabilitó a esos partidos. Yo me imagino, conociendo el signo de la maniobra, que seguramente lo habilitarán. Yo por cierto, y quiero dejar aquí constancia expresa, he condenado en los términos más categóricos todo lo que sea inmiscuir la jurisdicción o judicializar la política, o que el Tribunal Supremo de Justicia intervenga la vida interna de los partidos.
-Ante el CNE ha reclamado Juan Barreto, a nombre de Redes, Leocenis García a nombre de Pro Ciudadanos, y aunque no lo ha hecho recientemente, la organización Vente Venezuela nunca ha logrado tener la habilitación. ¿Se ha evaluado eso dentro del CNE?
-La verdad verdadera es que esos partidos no cumplieron estrictamente con los requisitos para legalizarse, pero yo desde que llegué al CNE he tenido un reclamo porque hay nueve partidos, dentro de los que están algunos de los que tú me nombras, más IPC, nueve partidos que cumplieron fases distintas en su proceso de legalización, y que yo particularmente he planteado reiterada veces, tanto formal como informalmente en el seno del directorio del CNE, que debería darse la oportunidad de participar. Pero, como todo el mundo sabe, en el CNE, dada la composición política de sus miembros, el oficialismo tiene la última palabra. Me he reunido con cada uno, con Juan Barreto, con Leocenis García, con todos y cada uno de los miembros, con Zacarías García del IPC, y no ha habido manera de que la mayoría integrada por las rectoras del directorio hayan compartido esa tesis mía. Yo particularmente creo que esa es una lista que no debe cerrarse todavía. Te repito, todavía hay nuevas organizaciones que han reunido algunos de los requisitos para ser legales y que debiera permitírseles participar y que dependieran de la votación que obtuvieran, si obtienen más o menos del 1%, que es lo que establece la ley, luego relegitimarse.
-De hecho, cuando uno ve la historia, el PCV fue habilitado sin obtener el 1% en 2015.
-Seguramente. Todo el mundo sabe cómo se ha politizado el CNE y la mayoría política que allí existe.
-Vamos a hablar del sistema de elección proporcional, ahora sí en base a votos. Usted mismo lo decía que es para evitar la sobrerrepresentación en base a votos. Me toca preguntarle porque ese sistema que estuvo impuesto en 2010, que se usó en 2015, fundamentalmente no ha cambiado. Es decir, hay más diputados, pero el sistema sigue siendo el mismo pues no hay una resta del voto lista si se gana el nominal y, por lo tanto, un partido puede llevarse el voto lista y el voto nominal, y puede seguir teniendo 52% de los votos y 60% de los diputados. ¿Por qué no se atendió eso, más allá de la cantidad de los diputados?
-Yo tengo entendido que en la mesa de negociación entre el gobierno y los partidos que allí concurren está pendiente todavía una definición sobre el sistema definitivo de adjudicación, porque evidentemente que el sistema sigue siendo injusto, tal y como lo planteas tú, aun cuando se hizo una corrección. Te repito, el sistema de mayorías o minorías es un sistema que se invierte. El sistema ideal es un sistema que refleje fidedignamente número de votos con números de escaños.
-¿Usted cree que eso lo tenemos ahorita?
-No, no, en absoluto. Lo que te estoy diciendo es que hay que buscar lo que más se aproxime. Nunca hay exactamente una representación así, pero hay que buscar lo que más se parezca a ella.
-¿Quién propuso todas estas medidas que tomó el CNE? ¿Viene directo de la mesa de negociación?
-En su inmensa mayoría vienen de la mesa de negociación que durante meses se ha mantenido allí, y que por cierto ha logrado algunos milagros. Logró que los 55 diputados del chavismo fueran a la AN y reconocieran a Juan Guaidó y se sentaran allí tranquilitos. Yo creo que esa es una oportunidad que se dejó pasar para haber construido un consenso político para nombrar el CNE en la AN. Y todas las demás cosas, las garantías electorales, el nuevo sistema de adjudicación, la propia designación del CNE son el resultado de unas negociaciones que se han hecho en la mesa de negociación.
-¿El CNE cuando ha recibido estas propuestas las evalúa o modifica?
-No, porque ya eso pasó por el TSJ, el TSJ implementó en la sentencia 068 esos acuerdos que se habían hecho en la mesa. Y esa sentencia para el CNE es vinculante, obligatoria. El CNE ciertamente lo que ha hecho es desarrollar jurídicamente, darle forma jurídica a eso.
-Sí, pero también forma técnica. La sentencia del TSJ no habla de la lista nacional de 48, no habla de 277 diputados. Eso lo puso el CNE. Mi pregunta es si el CNE está tomando decisiones o solamente está implementando aquellas que les llegan servidas desde otra instancia, en este caso la Mesa de Diálogo Nacional, o la «mesita».
-En buena medida son cosas que se han pactado en la Mesa, que yo por cierto no le veo ningún defecto a eso. En toda democracia los partidos son los actores fundamentales y en todos los tiempos de Venezuela siempre se elegían las cosas así. Uno habla ahora de cómo se eligen ahora, por supuesto. Ahora hay muchas cosas que son aberrantes, pero yo quiero simplemente recordar cómo se elegían las cosas en la cuarta república: había un desayuno, memorable siempre, entre el doctor (Gonzalo) Barrios y el doctor (Rafael) Caldera, del que salía el TSJ, el CNE, es decir, porque los partidos son los actores fundamentales, yo no veo nada de pecaminoso que los partidos pacten un determinado acuerdo político.
-Pero luego de 20 años de revolución se supone que no habría que repetir las mismas falencias.
-Por supuesto. Yo estoy totalmente de acuerdo contigo, pero eso no es un error de la mesita, eso es un error de la mesita y de la mesota. O sea, también el G4 se ha sentado muchísimas veces con el gobierno y ha acordado cosas y ha desacordado cosas.
-¿El CNE para implementar directamente lo que manda la mesita (Eduardo Semtei dixit) no está ignorando a esa parte de la oposición que no está representada en ella?
-Claro, lo que pasa es que esos partidos que no están en la mesita, como tú le llamas, son partidos que se han autoexcluido de la participación electoral. Entonces cómo vas a pactar tú la participación electoral, en número de escaños, en todos los aspectos acordados, con unos partidos que han dicho de antemano que ellos no están dispuestos ni a dialogar con el gobierno ni a participar en las elecciones.
-Y el Poder Electoral, como poder autónomo y en su actitud de convocar al voto, no tiene también qué decir cuando entiende que hay unos partidos que se autoexcluyen de esa instancia, pero no necesariamente de la vía electoral como tal, y puede plantear correctivos para equilibrar las cosas?
-No, pero es que esto necesitaría interlocución. Cuando tú dices, ¿cuál es la posición del G4? Que ese es un CNE espurio, que es un CNE tramposo. Entonces, cómo va el CNE a convocar a alguien que lo descalifica, y cómo van esos actores a conversar co alguien que ellos mismos han descalificado? Eso es un ejercicio surrealista.
-¿Habrá observación internacional el 6 de diciembre?
-Eso también está pactado en la mesa de negociación, una amplísima observación internacional que a mi juicio debe incluir a todos los factores. Yo he sido incluso exagerado en eso, porque por ejemplo el gobierno al único ente que vetó fue a la OEA. Todo el mundo sabe la posición beligerante que frente a la situación venezolana ha asumido Almagro y ha asumido la OEA. Pero yo he dicho, si tú tienes intenciones de hacer unas elecciones limpias, que venga hasta la OEA, que venga quien tenga que venir. Ahora, está pendiente la gestión frente a la UE y frente a la ONU, que creo yo que son los dos grandes observadores. Va a haber observación, lo que pasa es que se quiere que haya la mejor observación.
-¿Va a haber observación o va a haber acompañamiento? Que no es lo mismo ni se escribe igual.
-Pero por supuesto que no es lo mismo ni se escribe igual. Yo particularmente censuro eso que ha venido siendo catalogado como acompañamiento, que para mí es turismo electoral. El CNE, si quiere que haya una observación internacional, ella está regida por unos protocolos y por unas normas que establecen los propios organismos. Es decir, si el CNE insiste en una observación al estilo Tibisay Lucena, evidentemente que ningún organismo serio va a venir a observar las elecciones.
-Buena parte de la observación internacional se pacta para que se acompañe todo el proceso. El proceso de registro electoral comienza el lunes 13, y no se han ni siquiera girado esas invitaciones. Por lo tanto, ya parecería que la observación internacional no pudiera acompañar todas las etapas.
-Sí, habría que negociar las condiciones de la observación. No se te olvide a ti también que el mundo está transversalizado ahorita por el tema de la pandemia, de la comunicación, de la falta de conectividad. Entonces, yo creo que los propios organismos internacionales tendrán que entender esa realidad, no sé. Yo sobre eso lo único que sé es que en la mesa de negociación se pactó una amplísima observación internacional y que yo como Rafael Simón Jiménez, y como vicepresidente y rector, soy partidario de la más amplia y pulcra y transparente y escrutadora observación internacional por todos los organismos que tengan credibilidad y que tengan relevancia en el mundo.
-¿Cómo puede hacer el CNE y qué acciones buscará hacer usted dentro de la rectoría del poder electoral para garantizar el trabajo de testigos, que han sido hasta expulsados de centros, e incluso vigilar la actitud de funcionarios que han tenido prácticas condenables antes?
-Yo parto de un supuesto que tiene una pregunta central: ¿qué quiere el gobierno con estas elecciones parlamentarias? La respuesta lógica sería lograr un reconocimiento internacional que le mejore su situación de precariedad desde el punto de vista del acceso a los recursos, del bloqueo internacional. Ahora, partiendo eso, y de los acuerdos que el gobierno ha firmado en la mesa de negociación, la idea es que esas situaciones no se repitan. Ahora, si esas situaciones se repiten, te digo, yo creo que el gobierno va a salir muy mal parado. Nada ganaría el gobierno con unas elecciones que estén puestas en la picota, que no merezcan ninguna credibilidad por la comunidad internacional. Entonces, yo siento que en estas cosas el balón está puesto del lado del gobierno. Si el gobierno repite lo que ha hecho en elecciones anteriores, en materia de ventajismo, de abuso de poder, de todas estas cosas, pues yo creo que se estaría auto descalificando y no ganaría absolutamente nada. Creo que saldría perdiendo, así gane el 100% de la Asamblea Nacional.
-Usted le dijo a Kiko Bautista y a Pedro Penzini que las condiciones electorales de 2020 son las mismas que llevó la oposición a las negociaciones de República Dominicana. Nosotros en TalCual, publicamos el documento que llevó la oposición a República Dominicana, y allí hay varias condiciones (que se pueden leer completas aquí), que tienen que ver con la observación, con la publicidad, con la regulación de los medios públicos, con la prohibición de hacer cadenas, con levantar inhabilitaciones, con desplegar 1.500 puntos de registro (se desplegaron 551), con legalizar el partido MUD, con usar la tinta indeleble, con prohibir el voto asistido… ¿Esto es lo que veremos de cara al 6 de diciembre?
-Bueno, mira, eso es lo que ha pactado el gobierno con la oposición. Yo tengo la versión de Timoteo Zambrano, que ha sido un negociador desde los tiempos de 2003. Y tengo la versión de Vicente Díaz, que fue el que construyó ese documento y que no lo ha negado porque no lo puede negar. El gobierno tiene un compromiso asumido en la mesa de negociación. A la mesa de negociación le corresponde hacer seguimiento y denunciar si alguna de esas cosas no se cumplen. Y te repito, yo creo que el gobierno debe saber y debe entender cuál es su objetivo electoral. Esos son los compromisos asumidos en la mesa.
-¿Y usted de verdad cree que el gobierno no va a hacer cadenas?
–Bueno, yo no soy garante de ninguna de esas cosas.
-Sobre el reconocimiento internacional. Ya a la Unión Europea, Estados Unidos y la propia OEA han condenado el nombramiento de la directiva vía TSJ, la intervención de los partidos, y hablan de unas elecciones que parten de entrada con violaciones a la Constitución, a las leyes. En base a eso pudieran no reconocerlas, independientemente de la actuación del gobierno durante el propio 6D. De ocurrir, ¿cómo evaluaría un naufragio político de este proceso del que usted forma parte?
-Yo lo primero que te quiero decir es que yo no entiendo, bueno, lo entiendo por la manipulación que genera la polarización, esa condena como si se hubiera cometido con la elección del CNE por el TSJ un delito de lesa democracia, de lesa patriotismo. ¿Por qué no se dijo eso en el 2016 cuando nombraron el anterior CNE o en el 2003? Esa es una cosa que yo quiero precisar. ¿Por qué entonces no hubo el escándalo, el estigma, la descalificación que hay ahora? Mira, yo no sé ni siquiera cuánto tiempo voy a estar yo en el CNE, por supuesto, mientras esté allí yo represento un interés claro y específico. Entonces, evidentemente que yo estoy en una disyuntiva que yo mismo me lo he planteado. ¿Cómo combinar mi papel de actor político beligerante, tan claro, con posiciones tan meridianas frente a la realidad, con el papel arbitral? Porque evidentemente que la responsabilidad de Estado, más allá de que el gobierno haga lo que haga. Entonces, yo mismo no sé cuánto va a durar mi incursión en el CNE. De lo que sí estoy absolutamente convencido, y es mi preocupación fundamental, es de que en Venezuela los venezolanos tenemos una sola opción, que es votar. Y quienes llaman a la gente a no votar, y quienes exageran a veces toda la realidad que existe para no votar, tiene que decirle al país cómo es la ruta. Yo no sé cuánto tiempo voy a estar en el CNE, pero yo sí sé que represento un interés específico, que es el interés de la oposición venezolana y, por tanto, si el gobierno diera una trastada, si incumpliera los acuerdos, si se llevara por delante todo lo que se ha comprometido a cumplir, yo sería el primero que lo denunciaría y sería el primero que renunciaría al CNE.
-La elección presidencial de 2018 terminó con el candidato principal de la oposición Henri Falcón denunciando el proceso y desconociendo el resultado. Y siempre se tuvo el ojo en qué haría el rector Luis Emilio Rondón? Antes era con Vicente Díaz, si se paraba de la mesa o no. ¿De qué tiene que estar pendiente el venezolano que haga o no haga Rafael Simón Jiménez el 6 de diciembre para saber cuál es la valoración en caliente del proceso de ese día?
-Mira, yo digo un poco en serio un poco en broma que todos los rectores que ha tenido la oposición allí son una fiera antes de entrar al CNE y después que salen del CNE. Y lo digo con todo respeto. Lo que pueden tener la seguridad, es de que voy a seguir hablando con toda la claridad, porque yo no voy a renunciar a mis convicciones, de manera que de mí no pueden esperar ni posiciones acomodaticias, ni pasar por debajo de la mesa, ni complicidad. Si yo en un momento determinado, a lo mejor antes, te repito, yo mismo me he hecho la pregunta de si yo puedo contenerme. No creas que es inocente, cada vez que yo asumo esas posiciones, no creas que no hay reacción de parte del gobierno, y a veces incluso de los dos sectores que te exigen moderaciones. Entonces yo mismo me he planteado eso. Yo estoy en el CNE porque creí, o creo, que desde ahí puedo prestarle un servicio a Venezuela. Si yo me convenzo de que eso no es así, como solía decir mi mamá, agarro mis macundales y me voy a mi casa.
-¿Cómo ha sido la relación en el CNE? Hay tres rectoras claramente identificadas con un sector político, pero al final están en una mesa. ¿Cómo ha sido la conversación y también los pactos que se tienen que llegar en ese directorio del CNE?
-De absoluto respeto y de muy buen trato. Yo he encontrado en las tres rectoras del oficialismo un trato excelente hacia mi persona. Cuando hemos tenido que coincidir coincidimos, cuando hemos tenido que diverger, divergimos. A propósito del tema de los nueve partidos, hemos tenido posiciones disidentes, pero dentro de un trato exquisito.
-Por lo que usted sepa de lo que ocurre en la Mesa de Diálogo Nacional, ¿dónde hay más pulso político de visiones encontradas para llegar a una síntesis? ¿En el directorio del CNE o en esa mesa?
-Yo creo que en la Mesa de Diálogo Nacional, porque en cierta forma a nosotros nos llegan las cosas, vamos a decir, precocidas, como cuando tú buscas una pizza y lo que tienes que darle es la última cocción al horno. Y a mí, te repito, me parece muy bien porque la democracia, lo que estamos buscando en Venezuela, es cómo reconstituir los acuerdos, el diálogo, la tolerancia, y a mí me parece muy bien que todas esas cosas vengan precocinadas por todos esos actores políticos. Eso nos lo ha facilitado a nosotros en buena medida, porque ya saben cuáles son sus posiciones, yo sé cuál es la mía. Yo represento un interés específico allí, y yo creo que no hemos tenido mayores encontronazos porque la mayoría de las cosas ya han sido discutidas y acordadas en esa instancia de negociación.
-Hasta ahora, sobre la pandemia de coronavirus ha hablado el gobierno diciendo que tomará las previsiones para que la votación sea segura. ¿El CNE se emitirá una guía de acción sanitaria o algo así?
-Hay un acopio ya, digamos testimonial de esta experiencia, que yo creo que deben guiar, pero además se acordó también una reunión permanente del directorio del CNE con la comisión que ha designado el gobierno para el seguimiento de la pandemia y, en todo caso, hay la idea de extremar todos los protocolos de seguridad para que las elecciones se produzcan en ese ambiente de lo que se conoce como «nueva normalidad» a la que tendremos que acostumbrarnos los habitantes del planeta, yo creo que por un período más o menos largo.
-Se ha dicho que en el CNE hay casos de coronavirus confirmado dentro del personal, ¿eso es real?
-Yo no tengo elementos para calificar eso. Sí sé que han instalado una comisión médica, a mi particularmente me la hicieron, y se la hicieron a todos los rectores, y sí puedo dar fe de que fue negativa. No conozco otros, pero sí sé que en los últimos días hay demasiadas medidas de protección. Hay fumigación permanente, hay protocolo, la mascarilla es obligatoria, los geles se utilizan profusamente, a cada rato se va y se desinfecta la oficina. Es una amenaza que está allí porque Venezuela tiene una curva ascendente y cada vez más preocupante en el incremento del número de casos, y en definitiva el CNE no tiene por qué tener inmunidad frente al virus.
-Pero, ¿no hay confirmación de casos?
-No, no hay confirmación de casos que se hayan producido allí.
-¿Qué nos puede decir de la salud del rector José Luis Gutiérrez?
-Yo hablé con su hermano Bernabé y me dijo que no tiene nada que ver con covid-19, es un problema principalmente de tensión alta, es un problema cardíaco preexistente que él tenía.