Las drogas van ganando el partido, por Xabier Coscojuela
No sabemos si Venezuela es un centro global de la cocaína, como afirmó el diario estadounidense Wall Street Journal esta semana, pero es evidente que por el país transita demasiada cantidad de drogas
Autor: Xabier Coscojuela
No sabemos si Venezuela es un centro global de la cocaína, como afirmó el diario estadounidense Wall Street Journal esta semana, pero es evidente que por el país transita demasiada cantidad de drogas.
Cuando escribimos este editorial recibimos la noticia de que un avión que partió de Venezuela se estrelló en el Caribe colombiano al ser perseguido por aeronaves de la Fuerza Aérea de ese país. Antes era al revés. No es la primera vez que drogas salen volando de este país.
Todavía está muy fresca en la memoria de muchos el caso del avión de Air France, en el cual se transportaron tonelada y media de cocaína, aparato que no despegó de una pista clandestina perdida en los llanos venezolanos, sino del más importante aeropuerto del país.
Lo curioso de este caso es que la operación de transporte estaba bajo vigilancia de varias policías europeas, las cuales tuvieron la precaución de no notificar a sus colegas venezolanos de lo que estaban haciendo.
Por algo sería. No es la única vez donde se han visto involucrados aviones que han despegado de Maiquetía u otros aeropuertos comerciales. Los casos se han repetido con una frecuencia que debería preocupar en serio a las autoridades gubernamentales.
No negamos que el gobierno de Estados Unidos quiera utilizar, o utilice, el tema del narcotráfico para inmiscuirse en asuntos de otros países, y estamos de acuerdo con quienes señalan que las autoridades de Washington deberían aplicar correctivos para que el consumo en ese país disminuya y haga menos lucrativo el negocio.
Sin embargo, estamos convencidos de que el tráfico y consumo de drogas en Venezuela es un problema sumamente grave, causante en buena medida de la creciente criminalidad que se vive en el país.
Lo que han vivido otros países cercanos en relación con el tráfico de drogas, la capacidad que tienen quienes dirigen estas organizaciones delictivas para penetrar buena parte de la sociedad, debería ser un alerta que ponga en guardia a todos los venezolanos y, en particular, a quienes tienen responsabilidades de gobierno.
Arroparse con la bandera del nacionalismo puede servir para ganar algunas simpatías, pero es totalmente ineficaz para enfrentar lo que el tráfico de drogas representa.Hasta el momento este partido lo está perdiendo el país.
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