Las inhabilitaciones de clodosbaldo, el contralor
Como es bien conocido, el más eminente, activo y diligente cazador de corruptos de nuestra historia republicana, llamado clodosbaldo russián, contralor de la República, ratificado en su cargo para que pueda continuar disfrutando de su siesta indefinida sin mayores tribulaciones y con cargo a los impuestos que pagamos los demás venezolanos, dictó unas medidas de «inhabilitación administrativa» de varios ciudadanos y ciudadanas. Según clodo, estos y estas no podrían optar a cargos de elección por un número crecido de años. El ventajismo y el abuso obscenos de esta disposición no son el objeto de esta minicrónica porque son demasiado obvios y muy definitorios de la personalidad del dictaminante. Uno de esos ciudadanos inhabilitados es Leopoldo López, quien recurrió de la medida ante el TSJ, hace año y medio, sin haber obtenido hasta ahora ninguna respuesta –cosa nada rara dado el fariseísmo que caracteriza a la mayoría de los integrantes del máximo tribunal, siempre prestos a complacer a la mano que les da de comer. El punto es que la disposición del contralor choca con la Constitución. Los derechos políticos sólo los pierde un ciudadano si sobre él pesa condena firme a presidio sentenciada por un tribunal. De modo que por mucho que clodosbaldo esté apoyado, lo cual lo hace sentirse guapo, su inhabilitación no vale ni el papel en el cual la escribió porque ese funcionario (es un decir, porque no funciona) no tiene atribuciones para anular los derechos políticos de nadie. Pero como estamos en la Venezuela «revolucionaria», donde la Constitución y las leyes llegan hasta donde quiera el oficialismo, toca al TSJ pronunciarse sobre el recurso introducido por Leopoldo López. ¿Van a esperar que pasen las elecciones regionales para decidir?