• Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • Alianzas
    • Alianza Rebelde Investiga
    • #LaHoradeVenezuela
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Nuestra historia
    • Editoriales
    • Teodoro
  • Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • Alianzas
    • Alianza Rebelde Investiga
    • #LaHoradeVenezuela
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Nuestra historia
    • Editoriales
    • Teodoro

Las nuevas profesiones, por Aglaya Kinzbruner



0
Comparte
  • Compartir en Facebook
  • Tuitealo

Video falso Las nuevas profesiones
FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail
Opinión TalCual | agosto 10, 2022

Twitter: @kinzbruner


Cómo serán de molestas, engañosas y dañinas si hasta el insuperable MIT designó a unos científicos de su Departamento de Inteligencia Artificial para reconocer las fake news, las noticias falsas que aumentaron exponencialmente desde la época de la «primera» elección de Donald Trump. Se calcula que las noticias falsas son más del 50% de las noticias. Indudablemente viajan a una velocidad mucho mayor, quizás porque apelan al lado más emocional del lector o porque parecen más verosímiles que la verdad en sí. Esa es la posverdad.

Desde su detección representan un desafío, una batalla. Incluso los problemas de «tráfico» que causan en twitter y en whattsapp parecen superar cualquier expectativa. Realmente, el asunto no debiera ser tan grave porque, si a ver vamos, cualquier noticia que no especifique bien claro, al comienzo, una fuente respetable, es de por sí una posible noticia falsa. El problema es que apelan al síndrome del mago, de la persona que cree saber lo que más nadie sabe, del «dateado».

*Lea también: Pandemia, dicen…, por Wilfredo Velásquez

¿Es creíble pensar que existen personas que trabajan solas o en equipo para producir tales ex abruptos? Pues así es. Al igual que, por otro lado, hay personas que tratan de averiguar quiénes son y con qué fin lo hacen, a qué partido pertenecen, a qué militancia, a qué país. Ni siquiera Santa Claus se libera de esta indagación, ni los renos tampoco. Como van las cosas, pronto tanto a Rudolph como a Dasher les pedirán pasaporte y visa y se les va a acabar la golilla de viajar por los aires y de gratiñán por añadidura.

Pero, dejando de lado los renos, parece que nada es tan interesante como averiguar cómo funcionan o han funcionado los seres humanos. De los antiguos romanos, por cierto, es bien sabido que tenían tremenda memoria y nunca perdonaban una ofensa. Y, aunque en la antigüedad eran uno de los pueblos que mejor sistema judicial tenían, si se trataba de obtener justicia rápida y expedita, no vacilaban en hacerse justicia por sus propios medios.

Todo se hacía con la mayor discreción posible. Las maldiciones se ponían por escrito a diferencia de los egipcios que las verbalizaban y las colocaban solamente a la entrada de las cámaras mortuorias, los romanos las escribían con un punzón sobre una tablilla de bronce, estaño o plomo por aquello de que verba volant.

En el texto se mencionaba el objeto de la maldición y la pena que se pedía a la entidad que se podía hacer cargo, por ejemplo, Proserpina, la esposa de Plutón, y se sugerían los castigos propios del caso. Nunca se mencionaba el nombre de la persona que había dado inicio al proceso. Es más la tablilla se lanzaba a un pozo o se enterraba para que nunca nadie la encontrase, no sea la fuesen a llevar al maldecido y éste pudiese así iniciar una contra maldición. ¡Ufff!

Sin embargo, para el mejor entendimiento de la historia, muchas de estas tablillas fueron encontradas y reposan en sitios donde son objeto de serios y profundos estudios comparativos. En el Museo Arqueológico Cívico de Bolonia pueden encontrarse algunas. En el Museo Arqueológico Johns Hopkins de Baltimore hay cinco. William Sherwood Fox, un graduado de Johns Hopkins University tradujo una donde se cuentan todos los males que se le desean a un esclavo llamado Ploecio incluyendo que un perro de tres cabezas le arranque el corazón.

No sabemos qué había hecho Ploecio, más que molestar a alguien un tanto irascible, pero es válido pensar que hay similitudes entre las noticias falsas y las maldiciones. El objetivo siempre es causar daño. Una diferencia sería que los romanos se imaginaban una conexión esotérica que ejecutara el castigo y las fake news se cuelan en los medios sociales, sin ayuda aparente.

No podemos adivinar como hubiese reaccionado un romano de hace dos mil años si, por algún salto en el tiempo, se hubiese encontrado un teléfono inteligente: «¿Aló, Proserpina?»

 

Aglaya Kinzbruner es Narradora y cronista venezolana. 

TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo

Post Views: 1.914
FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail
0
Comparte
  • Compartir en Facebook
  • Tuitealo

Aglaya Kinzbrunerfake newsOpinión


  • Noticias relacionadas

    • Chile: El colapso del centro y la ilusión del giro a la derecha, por David Altman
      noviembre 28, 2025
    • ¿De qué pueden hablar Nicolás Maduro y Donald Trump?, por Víctor Álvarez R.
      noviembre 28, 2025
    • Miss Universo 2025: Poder mediático, decadencia y ética emergente, por Nelson Oyarzábal
      noviembre 28, 2025
    • Baralt en la RAE, por Douglas Zabala
      noviembre 28, 2025
    • Inteligencia artificial para gobernar bien, por Marino J. González R.
      noviembre 27, 2025

  • Noticias recientes

    • Chile: El colapso del centro y la ilusión del giro a la derecha, por David Altman
    • ¿De qué pueden hablar Nicolás Maduro y Donald Trump?, por Víctor Álvarez R.
    • Miss Universo 2025: Poder mediático, decadencia y ética emergente, por Nelson Oyarzábal
    • Baralt en la RAE, por Douglas Zabala
    • Maduro echa mano de cifras sin respaldo y llama a estar "preparados" ante un ataque

También te puede interesar

Ese falso antagonismo que ves, por Luis Ernesto Aparicio M.
noviembre 27, 2025
El síndrome del incentivo perdido: la renuncia a la plenitud, por Rafael A. Sanabria M.
noviembre 27, 2025
Esperanza en el abismo, por Fernando Luis Egaña
noviembre 27, 2025
Las claves de la victoria del “No” en Ecuador, por María Villarreal y Leonardo Magalhães
noviembre 27, 2025
  • Portal venezolano fundado por Teodoro Petkoff, comprometido con la verdad, ejerciendo la libertad de expresión. 25 años ofreciendo actualidad informativa, reportajes, investigaciones, análisis y opinión. Un producto de Editorial La Mosca Analfabeta.

  • Contacto: [email protected]

    Síguenos
  • Noticias

    • Maduro echa mano de cifras sin respaldo y llama a estar...
      noviembre 27, 2025
    • Padrino López: "Estamos listos y dispuestos a dar respuesta...
      noviembre 27, 2025
    • Francia alerta sobre viajes a Venezuela y pide posponerlos...
      noviembre 27, 2025

  • A Fondo

    • Comedores populares resisten frente al hambre persistente...
      noviembre 25, 2025
    • Comando para la Defensa Integral: otra estructura para...
      noviembre 24, 2025
    • "EEUU aumenta presión y la única conversación que quiere...
      noviembre 22, 2025

  • Opinión

    • Chile: El colapso del centro y la ilusión del giro...
      noviembre 28, 2025
    • ¿De qué pueden hablar Nicolás Maduro y Donald Trump?,...
      noviembre 28, 2025
    • Miss Universo 2025: Poder mediático, decadencia y ética...
      noviembre 28, 2025


Diseñado y Desarrollado por Binaural
  • Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • Alianzas
    • Alianza Rebelde Investiga
    • #LaHoradeVenezuela
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Nuestra historia
    • Editoriales
    • Teodoro
Presione enter para comenzar su búsqueda