Lecciones del Alma Mater, por Simón Boccanegra
Las elecciones para la FCU de la Universidad Central han arrojado lecciones que cada quien lee según su particular prisma. Chávez las ve como un triunfo de su causa. La oposición las ve como una derrota producto de la división.
Los que se consuelan con el mal de muchos las ven como un triunfo de la abstención. El chavismo ganó, metiéndose por los palos, entre tres planchas identificadas con la oposición, que juntas habrían vencido cómodamente. O sea, es minoría en el conjunto. Pero una minoría grande vence a una mayoría dividida. Firma: Perogrullo. Sin embargo, la mayoría no es un mero dato estadístico y su división no es sólo estupidez.También puede ser soberbia, orgullo o error de cálculo. Más de una derrota ha nacido de ello. Cuando se habla de abstención, cada quien jala la brasa para su sardina y se atribuye los votos de los abstencionistas si estos hubieran sufragado. Falso. La abstención es un dato de la realidad. Existe y es una toma de posición política. No tenerla en cuenta en los cálculos puede conducir a pelar bola. Pero la gran lección es la que nadie ha extraído todavía: la tranquilidad de ese proceso electoral, en un medio tan volátil como el universitario.
Ojalá sea premonitoria.