Leyes de desacato, por Simón Boccanegra
Hay que ver que Rangel es un hombre lechoso. Lo salva la irretroactividad de la ley. Si no fuera así, y le aplicaran los artículos sobre difamación e injuria del Código Puñal, le saldrían más de mil años de prisión y billones de bolívares en multas. Hay que ver la cantidad de personas a las cuales señaló como ladrones y corruptos, las más de las veces sin jamás suministrar pruebas. Bastaba la palabra de Cicerón. En la FAN no dejó hueso sano. Allí se le detestaba cordialmente, hasta el punto que después del 11A una de las concesiones que Chávez se vio obligado a hacer a los militares fue sacar a Rangel del Ministerio de la Defensa. Sin embargo, no se puede negar que en muchos casos lo más seguro es que hubiera tenido razón, aunque también parece evidente que calumnió a mucha gente.
Jamás publicaba réplicas que se le enviaban ni hizo rectificaciones.Tampoco fue demandado penalmente. Por cierto que, si mal no recuerdo, alguna que otra vez Rangel escribió contra lo que en otros países llaman “delitos de desacato”, que en nuestro añoso Código Penal se expresan en los artículos que ahora han sido “modernizados” por el MVR, para castigar hasta con tres años de prisión las cosas que durante años JVR pudo hacer impunemente porque la democracia protegía su libertad de expresión. Las leyes de desacato ya desaparecieron en casi todo el continente, menos en aquí… y en Cuba.