Libertad, por Leonardo Regnault
Twitter: @LeoRegnaultH
Hablar de libertad te mete en muchísimos problemas con los dictadores. Este es el caso de los venezolanos que padecemos una nueva forma de dictadura, una dictadura adaptada a la nueva era tecnológica.
Para los que usurpan el poder político en Miraflores, esto es una nueva forma de democracia, una democracia protagónica y participativa; sin embargo, en la práctica defienden sus propios intereses, por encima del general, y para ello utilizan la fuerza, la violación de los derechos humanos, la corrupción. Esa es la democracia que ellos dicen representar, nosotros le decimos dictadura, y con los dictadores el que habla de libertad es un enemigo.
Justamente estos que hoy tienen el control del país a través de la fuerza y la represión, después de habernos llevado a la miseria económica y social, han logrado un control social, que Pérez Jiménez y Gómez hubiesen deseado. Precisamente por eso es que los venezolanos tenemos muchísimos problemas, porque somos un pueblo creyente en la libertad y luchamos por ella.
No una libertad que esté por encima de nadie, no una libertad que sirva para avasallar a los demás; más bien se trata de una libertad responsable, no la de hacer lo que me venga en ganas, sino la de hacer con responsabilidad lo que creo conveniente para el buen vivir. Ese hacer lo que creo conveniente para el buen vivir es lo que algunos llaman ética. Pero sigamos hablando de libertad y dejemos el concepto de ética de lado por el momento.
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La libertad debe estar sustentada en el auto conocimiento; si nosotros no logramos conocernos, podemos llegar a chocar con la misma libertad y truncar aquello que defendemos. La libertad debe ser un estado de conciencia. La libertad debe ser cotidiana. Esa libertad que tanto molesta a las dictaduras, y los venezolanos padecemos una con pretensiones de totalitarismo, es la que puede llevarnos a su conquista.
Entiendo que pudiera ser contradictorio para algunos esto que les comento cuando nos preguntamos ¿cómo podemos con la libertad alcanzar la libertad? Dirán: si ya la tenemos, no hay que buscarla; y allí quizá está el error: solo podemos conquistar la libertad si somos libres, libres de espíritu, libres de conciencia, libres de actuar con nuestro conocimiento y también con nuestro instinto.
Esta libertad es la que nos llevará a convertirnos en la clase dirigente, aun cuando sean otros que dominen el poder. El hecho de levantarse todos los días con la determinación de seguir adelante, con la duda como norma de pensamiento, pero llenos de confianza en el accionar de nuestras vidas para lograr el éxito que tanto requerimos en aras de conquistar la libertad, la cual debe cuidarse permanentemente.
Se trata igualmente de una libertad que nos permita estar y reconocernos con el otro; es una libertad que no sea truncar la de los demás. Pero no es la libertad que es una máxima permanente en el discurso de muchos, aunque su actuar demuestra que no creen en ella, que sólo les sirve de adorno retórico.
Yo continuaré apelando a la conquista de la libertad desde esa libertad que emana de lo que soy. Este intento sádico por parte de la dictadura de arrebatarnos nuestra consciencia, nuestra dignidad, nuestro amor por el otro, chocará siempre con la determinación de un pueblo que debe entender que la libertad nos mueve como seres humanos a seguir avanzando como individuos, pero también como sociedad.
En la segunda parte del quijote, Cervantes introduce en el capítulo LVIII un hermoso dialogo entre don Quijote y Sancho donde el hidalgo de los de lanza en astillero le dice a su fiel escudero lo siguiente: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”.
Esta profunda y hermosa reflexión nos sirve a nosotros para poner la vida en alcanzar la libertad y luchar para romper las cadenas del cautiverio que intentan estos desalmados mantener a sangre, fuerza, manipulación y control.
Hagamos que nuestros hijos se sientan orgullosos porque logramos conquistar la libertad para ellos, y para que sea su responsabilidad conservarla por siempre.
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