Liderar con innovación, por David Somoza Mosquera
La innovación, sin duda alguna, es uno de los principales motores que impulsa el crecimiento y el éxito de las compañías. De allí que juegue un papel crucial en lo que se refiere al liderazgo empresarial. De hecho, los líderes innovadores sobresalen del resto porque usan precisamente la creatividad para lograr resultados, en muchas ocasiones, sorprendentes.
Para comprender esa simbiosis detengamos primero en el significado detrás de cada una de esas palabras. La innovación se define como la creación o modificación de un producto, servicio o proceso existente para mejorar su valor y rendimiento. El liderazgo, por otro lado, se refiere a la capacidad de influir y guiar a un grupo de personas para lograr una meta común.
Al juntar ambos conceptos nos conseguimos con que el liderazgo y la innovación dentro de una empresa están intrínsicamente entrelazados y, además, representan grandes desafíos. La razón es que alcanzar un nivel óptimo en innovación depende, básicamente, de la calidad del liderazgo: mientras las organizaciones cuenten con líderes fuertes y decididos, la innovación fluirá y será más desarrollada.
Suena sencillo, pero tiene sus bemoles. En esta dupla, el papel del líder es fundamental no solo por ser la persona encargada de gerenciar la empresa y tomar decisiones estratégicas que impacten en desarrollo a largo plazo, sino también porque para dirigir con innovación debe incorporar la creatividad y la colaboración en su liderazgo. Tremendo reto desde todo punto de vista.
Pero, además, el líder es el responsable de fomentar en su equipo el compromiso de asumir una mentalidad innovadora y de guiarlo hacia óptimos resultados de rendimiento. Y para ser efectivo es necesario que acepte las diferencias de los colaboradores y conecte esas diferencias con el fin de obtener mejores beneficios.
Una forma en que los líderes pueden dirigir con innovación es impulsar una cultura de creatividad y colaboración en la empresa. Esto implica crear un ambiente de trabajo que promueva la experimentación y el pensamiento creativo, y permita a los empleados proponer ideas y soluciones innovadoras.
Asimismo, las competencias esenciales de un líder que promueve la innovación no se refieren solo a su capacidad para generar ideas, sino también a sus habilidades gerenciales y valores personales.
Se distinguen del resto por ser íntegros, tener confianza en sí mismos, ser buenos comunicadores, tener capacidad para gerenciar el cambio, poseer conciencia organizacional y una visión compartida del negocio y ser perceptivos, intuitivos y ver oportunidades que otros no ven, además de proponer soluciones originales y factibles.
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Así que para que los equipos innoven los líderes deben incentivar a cada uno de los miembros, motivándolos a pensar más críticamente y buscar mejoras continuas. Son ellos los llamados a tomar las riendas y jugar un papel importante en la creación de algo nuevo que repercutirá en el mejor funcionamiento de la empresa.
Los líderes innovadores deben estar no uno sino varios pasos adelante para hacer a las compañías grandes. Esto es adaptándose a los cambios que se produzcan en el mercado y manteniendo una ventaja competitiva. Y el secreto está en… liderar con innovación.
David Somoza Mosquera es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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