Lo que queremos cambiar, por Alberto Lovera

Autor: Alberto Lovera
Lo que queremos cambiar no es sólo un modelo socio-económico que se ha mostrado incapaz de traernos prosperidad. No hay duda que ello es necesario.
El tinglado de sometimiento socio-político para perpetuar una camarilla en el poder hay que erradicarla. Ha perdido el favor popular, pero prolonga su dominación por los resortes de poder que aún controla, aunque hay señales que se deteriora.
Pero también queremos cambiar un modo de relacionarnos los venezolanos que por efecto de una operación política perversa nos enfrenta irracionalmente y nos impide convivir en paz.
Queremos erradicar la (i)lógica de amigos versus enemigos que nos trajo y sembró entre nosotros el nuevo elenco en poder que no acepta la diversidad.
Hay que cambiar un comportamiento que antes de razonar, insulta a quien difiere de nuestro punto de vista.
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Cuando asumimos esa forma de debatir y de imponer de la camarilla gobernante, alimentamos la intolerancia. Prolongamos un comportamiento que llena de odio las relaciones humanas. No importa de qué lado del debate nos colocamos. Nos convertimos en lo que queremos extinguir.
Se ha venido instalando en diferentes ámbitos, las redes sociales es sólo un ejemplo, un fanatismo y un sectarismo que conspira para construir un nueva pacto social de convivencia.
En esta hora donde tenemos que sumar a todos los que estén dispuestos a contribuir al rescate de la democracia, nos reta a un comportamiento que prefigure la sociedad tolerante a la que aspiramos.
Son muchos los terrenos donde podemos poner en práctica de una lógica de la convivencia en paz. No diferenciar a la hora de defender los derechos de todos, independientemente de su ubicación política, social, sexual, religiosa o económica. Rechazar sin distingos cuando esos derechos son violados o no garantizados
Estamos en una coyuntura crítica donde buscamos una ruta para ayudar a hacer confluir todas las voluntades que permitan resucitar la democracia social en nuestro país. Todos los que estén dispuestos a contribuir en ese empeño deben ser bienvenidos, vengan de donde vengan. No es la hora de recriminaciones por acciones pasadas de uno u otro lado, sino de fortalecer las coincidencias de los demócratas.
Hay que entender que de la retaliación y venganza sólo podemos obtener más heridas. No se trata de olvidar, ni de dejar de reclamar justicia, siempre que se haga con el debido proceso cuanto toque. Pero la prioridad hoy es buscar un camino para relevar del poder a quienes están sacrificando al pueblo venezolano por perpetuarse a cualquier precio, y abrirle paso a un recambio del modelo socio-económico y a su gestión política que tantas penurias le han traído al pueblo venezolano,
Cambio político, cambio económico, sí, pero también cambio en la narrativa y actitudes para relacionarlos. Se trata de fundar un nuevo pacto social de convivencia entre ciudadanos que piensan diferentes, pero que pueden vivir juntos armónicamente.