Lógica de martillo hidráulico, por Simón Boccanegra
He recibido una carta de una lectora que no puedo dejar de reproducir íntegramente dada la contundencia cartesiana de sus pareceres. Dice la amiga: «Con respecto al editorial de hoy –muy bueno– yo creo que el problema del discurso de Chávez no es que lo que diga sean siempre disparates –que los dice– sino en su falta de argumentos, no tienen lógica ni coherencia alguna. Muchas veces lo he escuchado decir cosas sensatas, o proponer buenas ideas, pero la falta de solidez y sustentación en sus planteamientos son como cal viva que él mismo derrama sobre su discurso. Cuando él ‘argumenta’ que fue elegido en un día y que por lo tanto las firmas para revocarlo se deben recoger en el mismo plazo, la correspondencia sería que si fue elegido en un día, en un día debe ser revocado, como en efecto lo haremos. Y la equivalencia de proponer sólo 12 horas para recoger firmas sólo se correspondería, casi, con la de dar también sólo doce horas para inscribirse en el Registro Electoral Permanente. Pura lógica, lo demás son marramucias chambonas, para postergar lo inevitable”. Por la copia, Simón Boccanegra.
PD: Se refiere al editorial de ayer, «A punta de pistola«.