Los bolivaristas; por Teodoro Petkoff
La ya famosa encuestadora chilena Latinobarómetro, que realiza sondeos de opinión en profundidad sobre cómo somos y cómo pensamos los habitantes de este continente, en uno de sus recientes trabajos formuló la siguiente pregunta: «En términos generales, ¿diría usted que su país está gobernado por unos cuantos grupos poderosos en su propio beneficio, o que está gobernado para todo el pueblo?» El 70% de los latinoamericanos, más en unos países, menos en otros, considera que se gobierna para beneficio de grupos poderosos. Entre los venezolanos, 60% cree que se gobierna para «beneficio de grupos poderosos». El director de Últimas Noticias se pregunta, extrañado, si quienes respondieron así habrían entendido bien la pregunta, dando por sentado que el gobierno de Chacumbele «gobierna para todo el pueblo» y que opinar lo opuesto sería propio de retrasados mentales.
Todo lo contrario, la gente entendió muy bien. La gente, incluyendo a los partidarios del régimen, sabe bien que la ley suprema de este país continúa siendo la del embudo: lo ancho para los ricos y lo estrecho para los pobres. Que los «grupos poderosos» de hoy no sean exactamente los mismos de antes aunque algunos de los de siempre chupan también del tetero «socialista» no significa que nuestra inefable «revolución» no haya creado nuevos grupos económicos y sociales para cuyo beneficio se ejerce el poder.
Para comenzar se puede señalar al poderoso grupo Chávez, la famiglia presidencial, que ha trasformado al estado Barinas en feudo particular de sus negocios e intereses. El grupo de los «Niños Cantores de Miami» es la punta del iceberg boliburgués. El juicio de Miami desnudó la intrincada red que se ha tramado entre avispados hombres de negocios de recientes generaciones y altos funcionarios del «bolivarismo». El espectro de sus empresas va desde la banca hasta la agroindustria.
Banqueros surgidos de la nada, conchupados con banqueros tradicionales, han hecho millones de dólares con bonos de deuda pública argentina y notas estructuradas, contando con la complicidad del Ministerio de Finanzas, uno de cuyos más conspicuos titulares, Nóbrega, fue jocosamente señalado por Franklin Durán en sus conversaciones con Antonini como autor y beneficiario de una de esas operaciones.
Alrededor del petróleo y Pdvsa se han estructurado verdaderas mafias, enriquecidas casi de la noche a la mañana y que constituyen uno de los más sólidos puntales del régimen.
Más bien de lo que deberíamos extrañarnos es de que todavía haya un 40% de compatriotas que no han caído en cuenta de que de este país se ha apoderado una burguesía emergente, la llamada boliburguesía, que junto con las capas superiores de la burocracia estatal, civil y militar, compone un complejo de poder en cuyo beneficio ejerce el mando un charlatán pomposo y grandilocuente, que aspira a perpetuarse en el gobierno para la mayor gloria de los ricachones que lo acompañan. Después de 10 años de «gobierno de los pobres», dos de cada tres venezolanos sienten que el país es gobernado por y para poderosos grupos económicos, sociales y políticos.
