Los chismes de la Cumbre, por Simón Boccanegra
Como en el mundo político no hay secretos, ya por toda Sur América anda rodando el malestar que expresaron varios mandatarios que asistieron a la Cumbre de Margarita con «El Pulpo», como, no sin ironía, apodan en una Cancillería suramericana a Chacumbele, aludiendo a su afán enfermizo de robar cámara todo el tiempo. «El tipo es de los que en un entierro quieren ser simultáneamente el muerto y el que dice el discurso elogiándolo», comentó sardónicamente un diplomático del Cono Sur. Este minicronista planteó ayer los abusos que como director de debates cometía Chacumbele, y ahora me entero de que la cosa irritaba por igual a la gente de ambos lados del Atlántico. Pero, ya se sabe que chequera mata galán. Sin embargo, la precipitada partida de Lula, no fue nada casual. Se fue arrechísimo. El hombre no pudo disimular su molestia cuando Chacumbele, con su lenguaje verbal y gestual, le «ordenó» que pusiera 4 mil millones de dólares en el Banco del Sur. Lula es muy expresivo y su cara habló clarito.
Por cierto, no sé si ya los años me están jugando una mala pasada, pero creo haber visto como tres o cuatro veces la noticia de la creación, «ahora sí», del referido banco. Ojalá esta vez sea verdad y que el Banco del Sur no corra la misma suerte de las 26 refinerías que Chacumbele ha ofrecido en otros tantos países, de las cuales sólo una, la cubana, existe y eso porque lo que faltaba era terminar lo que los soviéticos habían dejado, antes de meterse de cabeza en el basurero de la historia. Lo que sí es visible es que Chacumbele, quien siente que el piso latinoamericano se le encoge, salta el charco para buscar aire por otros pagos. Y hay que reconocer que juega sus cartas con una audacia y un descaro que parecen acoquinar a sus colegas del subcontinente.