Los consumidores quieren cosas simples, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidParedes861
«Los consumidores buscan simplificar sus vidas, lo que hará que llegar a ellos sea aún más complejo para las marcas que no se adapten ahora». Esa es una de las principales conclusiones de la última edición del EY Future Consumer Index, que recoge el pensamiento, los requerimientos y los nuevos gustos de los consumidores en las semanas previas al comienzo de la guerra de Rusia contra Ucrania.
El Índice EY se centra «en los cambios profundos en el comportamiento y las actitudes a medida que las personas pierden interés en sus objetivos de vida, patrones de trabajo y hábitos de consumo previos a la pandemia».
Visto así, los consumidores representan un gran desafío para las compañías, pues como bien señala el estudio, las personas ahora se están enfocadas en satisfacer «necesidades simples». No están dispuestas a perder tiempo ni dinero en cosas que ya no valoran, especialmente con la inflación aumentando rápidamente incluso en los países desarrollados.
De manera que las aspiraciones de los líderes empresariales, quienes desde el comienzo de la pandemia esperaban el momento en el que el comportamiento del consumidor volviera a algún tipo de normalidad, tal y como lo expone la organización global EY en el artículo «Future Consumer Index: People are reconnecting with their deeper values», se han visto truncadas. Y no solo por la pandemia, el conflicto bélico está provocando una crisis global mayor.
Ante ese escenario, según EY, «las personas de todo el mundo se han estado replanteando cómo viven sus vidas y preguntándose qué relación quieren realmente con el consumismo y sus valores». Todo ello producto de lo vivido durante los últimos dos años, que llevó a la mayoría de la gente a gastar y salir menos, obviamente por los largos periodos de confinamiento.
A esto se suma la adopción del teletrabajo y las consecuencias –para bien o para mal– que esta modalidad también ha tenido. Uno de los aspectos más relevantes es que les ha dado a las personas más opciones sobre cómo usar su tiempo y esto los ha marcado profundamente.
«Sienten que la calidad de su tiempo es tan importante como la cantidad de dinero en su cuenta bancaria. Prefieren quedarse adentro que salir. Quieren comprar experiencias en lugar de más cosas. Para los líderes corporativos, este cambio cultural tiene profundas implicaciones», señala EY.
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Un ejemplo de ello es el efecto que está teniendo la inflación. De acuerdo con el estudio, está provocando que los consumidores de todos los niveles de ingresos cambien sus hábitos y decisiones de compra. Las personas han establecido nuevas prioridades y la mayoría de los cambios los están haciendo en la forma en que compran artículos no esenciales como bebidas alcohólicas, belleza y cosmética, ropa y zapatos y productos electrónicos.
De allí que muchos de los consumidores estén decididos a tener menos «cosas» en sus vidas. Los resultados así lo demuestran: 34% dice que está comprando menos bienes físicos porque no los necesita; 30% comprará más productos de segunda mano y 47% solo comprará lo esencial.
En definitiva, los consumidores son más exigentes, lo que hace que sea más difícil captar y mantener su atención. Según el Índice EY, la gente quiere más control sobre sus vidas y esto es producto de la pandemia, que obligó a las personas a cambiar su comportamiento. «Muchos ahora prefieren su nuevo estilo de vida y quieren protegerlo. Esto incluye cómo usan su tiempo y dinero y cómo pueden mejorar su salud y bienestar mental».
Pero eso no es todo, también están cambiando la forma en que interactúan con las marcas: 44% planea comprar con menos frecuencia, 42% solo comprará de marcas que se alineen con sus valores y 36% dice que solo visitará tiendas que ofrezcan excelentes experiencias.
Las empresas –y esto es a nivel global– no la tienen nada fácil. Como bien señala EY, «deberán trabajar mucho más para estar en el lugar correcto en el momento correcto con el mensaje correcto (…) A medida que los consumidores se vuelven hacia sí mismos, a las marcas les resultará más difícil captar su atención». Así que explorar nuevas formas de llegar a los consumidores es crucial para las compañías si quieren ser relevantes en el futuro.
Esto significa ir un paso más allá para garantizar que se exploren todos los canales potenciales para interactuar o ser visibles para esas personas que cada vez más valoran la flexibilidad en sus vidas. Y uno de los objetivos debería ser, sin duda alguna, que puedan integrarse fácilmente en la experiencia de la marca, teniendo siempre presente que ahora los consumidores quieren cosas simples.
David Somoza es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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