Los desafíos de la alianza amazónica defendida por Petro y Maduro
Si bien el presidente colombiano ha prometido suspender la exploración petrolera en la cuenca amazónica, su homólogo venezolano busca reactivar la producción petrolera e impulsa desde 2016 el controvertido Arco Minero del Orinoco
El presidente de Colombia Gustavo Petro llamó el martes desde Egipto a crear una alianza por la protección de la cuenca amazónica, vital para el equilibrio del clima global. Según un nuevo informe de la ONG WWF, la deforestación se ha incrementado un 18% entre 2020 y 2021, tan solo en Brasil. Al llamado de Petro se sumó Nicolás Maduro, su par venezolano. Sin embargo, más allá de las buenas intenciones, detener la deforestación amazónica pasará por detener varias actividades económicas.
La deforestación se agrava en la Amazonía y para revertir esta tendencia, el presidente Colombiano Gustavo Petro llamó a «revitalizar la Amazonía» que calificó de «esponja que más CO2 absorbe en el continente». El mandatario colombiano anunció que su país dedicará 200 millones de dólares anualmente para proteger el bosque amazónico. Petro recibió el respaldo de su par venezolano, Nicolás Maduro para coordinar una iniciativa regional.
Sin embargo, si bien el presidente colombiano ha prometido suspender la exploración petrolera, su homólogo venezolano busca reactivar la producción petrolera e impulsa desde 2016 el controvertido Arco Minero del Orinoco. Un proyecto de extracción minera que cubre 70.000 km cuadrados de bosques.
«En la medida en que Colombia, que está produciendo en este momento más petróleo que Venezuela, reduzca o no dé nuevas concesiones que Venezuela estaríamos en el actual modelo de desarrollo. Se estaría propiciando el aumento de la dependencia petrolera y de la economía extractivista minera», apunta Antonio de Lisio, geógrafo y coordinador de la Alianza Para la Acción Climática en Venezuela.
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«Nosotros siempre tuvimos, dentro de los recursos que se han valorado, el oro. Sin embargo, jamás se había llegado a un megaproyecto como el Arco Minero del Orinoco y jamás se había hecho el daño que se está haciendo a las áreas naturales protegidas de la Amazonía y la Guayana venezolana por el extractivismo minero», recalca.
Además de la extracción petrolera y minera en Venezuela, Ecuador, Perú y Colombia, la selva Amazónica sufre de la tala ilegal de árboles, principalmente en Perú y de la deforestación con tala y quema para extender los cultivos y la ganadería, principalmente en Brasil. Será el mayor reto ambiental del presidente Lula, que iniciará su mandato en enero, dice a RFI Ricardo Galvao, profesor de física de la Universidad de San Paulo y ex director del Instituto de observación satelital INEP.
«Hay cerca de 29 grupos criminales que operan en la Amazonía, y no solamente en la brasileña. Lo primero que debe hacer Lula es una colaboración muy fuerte con los presidentes de Colombia, Bolivia y Perú para lograr un control de toda la actividad de los grupos criminales. La otra parte muy importante es conseguir un desarrollo sustentable en la Amazonía porque ahí habitan más de 30 millones de personas», estima Galvao.
Tras de la victoria electoral de Lula, Noruega anunció que está dispuesto a reanudar su considerable ayuda financiera, suspendida durante la presidencia del ultraderechista Jair Bolsonaro. El regreso de Lula a presidencia suscita esperanzas de quienes quieren proteger la Amazonía.