Los niños venezolanos no acompañados son los que más migran por el Darién (IV)
La cifra de niños no acompañados migrando por la selva del Darién va en aumento. En 2023 cruzaron 100.000 niños y adolescentes; de los cuales, 3.300 iban solos con la idea de llegar a EEUU. Hasta septiembre de este año, el número de niños viajando solos ha alcanzado los 3.800, de acuerdo con los datos de Unicef Panamá
Fotos: The New York Times
Cada año, miles de niños y adolescentes cruzan el Darién sin la compañía de un adulto. Las cifras han alcanzado niveles sin precedentes y siguen en aumento. Solo el año pasado, que se dio el flujo migratorio más alto por esta peligrosa ruta, de 500.000 personas que cruzaron, 100.000 eran menores de edad; de ese total, 38% eran menores de cinco años, de acuerdo con las cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
De esos 100.000 niños y adolescentes que caminaron entre la espesa selva del Darién, 3.300 eran no acompañados, pero en lo que va de este año, aunque disminuyó la cantidad de infantes caminando por este sendero, creció el número de niños migrando solos, hasta alcanzar 3.800 solo hasta el mes de septiembre, explica a TalCual Diana Romero, oficial de emergencias de Unicef Panamá.
La población infantil de venezolanos migrando solos por el Darién está en aumento, encabezan la lista de nacionalidades que toman la selva, seguidos de los ecuatorianos y los colombianos y exponen a las autoridades que tienen la idea de cruzar la última frontera y llegar a Estados, muchos para reunificarse con sus familiares y otros, para buscar, por sí solos, un futuro mejor.
Los niños venezolanos afirman que «están huyendo de las condiciones precarias porque la situación ha empeorado». También van en busca de trabajo, sobre todo las niñas, porque comentan que tienen que enviar dinero a sus familiares en Venezuela.
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Romero recuerda el caso de una niña venezolana que ingresó a Panamá a los ocho años de edad (ya tiene 12 años) y solicitó apoyo en la entidad de la niñez para solicitar refugio. Dice que las autoridades acordaron otorgarle su estatus de refugio tras ella afirmar: «Yo quiero quedarme en Panamá porque no voy a volver a Venezuela».
La oficial indica: «Este año estamos recibiendo más o menos entre 10 y 15 (niños y adolescentes) no acompañados por día». Haciendo estimaciones con estos datos, se puede decir —tomando ambas cifras—, que para finales de 2024 pueden haber cruzado unos 3.650 como mínimo y unos 5.475 como máximo.
Agrega que la cifra de niños migrantes solos ha pasado en los últimos años de 6% a 22% y sigue creciendo. Unicef enfatiza que «uno de cada cinco migrantes es un niño, niña y adolescente».
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia también ha observado que este año se ha incrementado el número de «adolescentes migrantes no acompañados por esta ruta, la mayoría masculinos, pero estamos identificando muchas adolescentes femeninas, está casi a la par y es muy sorprendente», expone Diana Romero.
Añade que del flujo de niños no acompañados que ingresa a EEUU, los que van del Darién son «una tercera parte o un poquito menos», pues la mayoría son guatemaltecos, mexicanos, salvadoreños y hondureños, de acuerdo con las estadísticas del gobierno estadounidense.
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Sin embargo, la representante de Unicef destaca que en el tema de niñez llegando a Panamá reciben a niños de más de 18 nacionalidades, no acompañados o separados de sus padres o representantes por el camino, pero se interroga qué hacer con los niños que migran solos desde Bangladesh, la India, el Congo, Angola y otros países al extremo del mundo. Expone que en estos casos el tema no pasa a ser de cantidades, sino de complejidad por el restablecimiento de derechos por no haber en Panamá consulados de esos países y no poder gestionarse formas de reunificación familiar.
La funcionaria de Unicef señala que en 2019 fue que se comenzó a observar un aumento de la migración por el Darién con menores de edad, especialmente de familias con sus hijos, con la idea «de que cuando se viaja con niños es más fácil entrar a un país». Romero desmiente este mito.
Además de infantes migrando solos en el cruce por el Darién, se dan casos de menores separados de sus padres. La mayoría son pequeños, pero estos se identifican y a los dos o tres días aparecen sus familiares y se logra la reunificación, una tasa que alcanza 95%; «son muy pocos los casos en que los padres fallecen en la selva o nunca salen de allí para reclamarlos», enfatiza Diana Romero.
En la ruta por el Darién también van embarazadas y es un número que también se está incrementando. «El año pasado fueron más o menos 900 y en el primer semestre de este año contabilizamos 700», incluso, Unicef encontró casos de mujeres que dieron a luz en la selva.
La oficial de emergencias de Unicef Panamá recuerda que el contexto de la selva del Darién envuelve violencia en la ruta y asegura que con el paso de los años ha ido escalando y haciéndose más complejos temas como la violencia sexual, la desnudez forzada, los asaltos, entre otros delitos.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia trabaja en Panamá temas de agua, higiene, saneamiento y tras recibir el apoyo de los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea comenzaron a trabajar mitigación de violencias de género.
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