Los parches de FEDE y el Ministerio de Educación
Dice el refrán popular que «la escuela es una segunda casa» y a veces para muchos niños es hasta la primera. Así como las casas, a las escuelas hay que limpiarlas, arreglarlas, repararlas y mantenerlas periódicamente. Pero más que «un cariñito» o «una gota de amor», los planteles requieren un trabajo continuo, específico y especializado de reparaciones y construcciones porque los edificios escolares deben cumplir con un uso con características específicas, y aunque sean de menor o mayor envergadura, requiere trabajos de mantenimiento que no se resuelven con una manito de pintura o cambiar unos cuantos bombillos.
Esa ha sido la función y la razón de ser de la Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas (FEDE), desde que fue creada en 1976, adscrita desde 1990 a la tutela del Ministerio de Educación. Después de un breve intento de transferirla como dependencia del Ministerio de Vivienda y Hábitat en 2007, un año más tarde volvió institucionalmente a ser parte del presupuesto del despacho educativo, donde realmente pertenece.
Tal como lo establece su definición en la página web del ente: su misión es «dar respuestas a la problemática de la planta física educativa a escala nacional, atendiendo de forma sistemática las etapas correspondientes a la construcción, dotación, rehabilitación y mantenimiento del conjunto escolar».
Más que una estructura, FEDE se está encargando de los parches. Así como los que aún se evidencian en el edificio ubicado en la avenida Libertador, en Chacao, que fue invadido en 2001 y que más de 20 años después aún ostenta en la fachada el logo de una institución que ni siquiera ha recuperado su propia infraestructura. Ni la propia ni las de que es responsable.
Entre Una Gota de Amor para Mi Escuela y ahora con la llegada de las Brigadas Comunitarias Militares (Bricomiles), el mantenimiento y reparación integral de las escuelas terminó oficializada como una responsabilidad de todos, menos del Ejecutivo nacional.
Como no hay información pública sobre las Memoria y Cuenta del Ministerio de Educación, poco se sabe del presupuesto y ejecución de obras de FEDE. La última actualización de asignaciones y contrataciones que se evidencia en su página web data de 2018.
Según datos suministrados por la ministra de Educación Yelitze Santaella se han constituido 23.832 bricomiles para la reparación de escuelas y liceos, datos que se ratifican en la página web de FEDE: «las 23 mil bricomiles representan 90% de las 26.400 instituciones educativas registradas y 18.618 directores y directoras se han sumado a esta labor».
El gobernante Nicolás Maduro precisó que esas brigadas comunitarias son «hombres y mujeres, padres y representantes, comunidad educativa y voluntarios que están haciendo a través de este sistema que la ministra Yelitze Santaella les dio a todos los planteles educativos».
Los reportes informativos publicados en la página del ministerio y de FEDE dan cuenta de las obras de reparación y refacciones que se están haciendo durante el período vacacional en varias instituciones del país, en las cuales el mismo personal docente, directivos, padres y representantes son los que están echando cemento, pintura, cambiando bombillos y hasta impermeabilizando.
Como en la Unidad Educativa Nacional Roberto Martínez, en Caricuao, donde parte de la plantilla está integrada por docentes que han sido los encargados de «impermeabilizar 30% de la planta física, conformada por 10 aulas, además de los trabajos de iluminación de espacios y pasillos».
Otro ejemplo: en varias instituciones de Barinas les entregaron a las brigadas la responsabilidad de instalar los rollos de manto asfáltico y los cuñetes del material para la impermeabilización de losas de techo.
#LaGuaira✅Con labores como instalación de manto asfáltico, reparación de baños y aplicación de pintura, Bricomiles de la EBE Juan Aranaga de Maiquetia inician abordaje a su institución, luego de recibir del Gobierno del Pdte @NicolasMaduro los materiales.#CongresoNuevaEpoca pic.twitter.com/xGdCzZgKLy
— Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas (@ContactoFede) August 8, 2022
#APURE✅|| Un primer cargamento de pinturas, manto asfáltico, primer y cemento plástico, llega a la entidad para iniciar su inmediata distribución a las instituciones educativas, espacios que serán abordados por las #Bricomiles1x10, como orientó el Jefe de Estado @NicolasMaduro pic.twitter.com/rC7lIIMKcr
— Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas (@ContactoFede) August 6, 2022
Se supone, según la misma definición hecha por Maduro, las bricomiles «tienen como objetivo el levantamiento de informes sobre las necesidades de los centros educativos y de salud del país, acción que permite, tras evaluaciones correspondientes, ejecutar trabajos de reparación de las infraestructuras que han sido reportadas a través de la aplicación VenApp».
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Unas responsabilidades iniciales a las que Santaella les dio una amplia vuelta de tuerca: «Desde el ornato hasta problemas mayores, equipar desde sillas y pupitres, estamos trabajando muy duro». Dejó muy claro que las Bricomiles deben dejar pepitas las instituciones durante el mes que falta para volver a las aulas.
«El objetivo es que en el reinicio de las clases los niños cuenten con un espacio nuevo», dijo Santaella.
El problema es que, en apenas un mes, será muy difícil que se pongan al día problemas de mayor envergadura que se intensificaron durante más de dos años de ausencia en las escuelas —debido al confinamiento por la pandemia— y que se han acumulado luego de décadas de falta de mantenimiento, construcción y reparaciones intensivas, problemas que necesitarán más que una gotica de amor y voluntariedad.
Según el informe Estudiar entre ruinas, realizado por la organización defensora de los derechos de la infancia Cecodap, se consultaron 56 centros educativos, entre públicos y privados en nueve estados del país. La situación registrada en las escuelas afectó a 32.656 estudiantes: 51,5% de educación privada y 48,5% en educación pública.
El informe registra que 59% de los centros educativos reportaron fallas en el servicio eléctrico, con cortes de luz que se extienden hasta cuatro horas o más.
De los centros educativos consultados, «59% notifica que enfrenta daños en su infraestructura, lo cual implica techos rotos, filtraciones, baños fuera de servicio, pinturas en mal estado, rejas y paredes caídas, pupitres ventanas y puertas rotas, botes de aguas negras, techos con agujeros, entre otros daños por el desgaste estructural y la falta de mantenimiento preventivo y correctivo».