Los pardos en la provincia de Caracas o Venezuela, por Ángel R. Lombardi Boscán
Twitter: @LOMBARDIBOSCAN
Para Hans-Georg Gadamer la hermenéutica: «es el arte de interpretar las frases y que no hay que esperar de ella una claridad ni verdades definitivas en una forma dogmáticamente fijada». El epicentro del trabajo del buen historiador es a través de la hermenéutica: lectura y comentario de textos sin intermediarios y desde la más grande libertad intelectual.
Esta vez nos tocó «conversar» con la historiadora Diana Sosa Cárdenas y su inteligente estudio sobre los pardos antes y al inicio de la Independencia entre 1795 y 1811. Dialogo de provecho entre pensamientos abiertos. Las ciencias sociales son básicamente una socialización de saberes. «Los pardos, Caracas en las postrimerías de la Colonia», Universidad Católica Andrés Bello. Caracas, 2010.
«A finales del siglo XVIII, la sociedad de Caracas era de carácter jerárquico y estamental, y en ella predominaba un reducido grupo sobre el conjunto social. En la cúspide, los blancos peninsulares y los blancos criollos poseían todos los privilegios. Los criollos eran los máximos defensores de este sistema desigual, y en la Capitanía General de Venezuela se les llamó mantuanos». Hipótesis de trabajo que sirve de hilo conductor a todo el libro.
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Algunas primeras consideraciones derivadas de éste primer acercamiento:
Estamos en presencia de un trabajo de historia social. Y la historia social se concentra en la demografía y ocupaciones de los integrantes de las distintas clases sociales. Y básicamente, en los conflictos de clase, porque unos pocos están arriba y otros muchos están abajo. Y en la Colonia la jerarquía social fue lo que prevaleció reproduciendo en el trópico los rasgos de una sociedad estamental y esclavista de Antiguo Régimen. En la historia se encuentra en clave todas las respuestas de lo que somos en el presente. Lo que somos como venezolanos se gestó en los trescientos años coloniales o hispánicos para bien y para mal.
Los pardos: ¿clase media colonial? Gente mezclada de baja condición social y con el estigma de la negritud. Mantuvieron derechos restringidos. El 5 de julio de 1811 no resolvió el asunto social venezolano basado en la desigualdad económica y que aún hoy se mantiene.
A los pardos en la colonia o período hispánico las clases pudientes o vinculadas con el poder les calificaron como una «mayoría promiscual». Muy despectivo esto y que denota las grandes tensiones raciales y étnicas que terminaron por explotar en la Independencia (1810-1823), muy especialmente, en los terribles años 1813 y 1814.
En una dimensión macro la Metrópoli hispánica dominó los territorios americanos por trescientos años sin necesidad de un ejército de ocupación, caso muy llamativo éste. Y la explicación del porqué esto fue posible hay que conseguirla en que los directos descendientes de los primeros conquistadores del siglo XVI, la élite blanca criolla, se constituyó en el más efectivo y poco ruidoso ejército de ocupación, para controlar, explotar, discriminar y mantener a raya a los muy numerosos pardos, negros y blancos pobres (la mayoría canarios): los invisibles sociales sin apenas derechos jurídicos y vegetando en la escala social inferior de esa sociedad de castas. Venezuela a lo largo de toda nuestra Independencia terminó reproduciendo las tensiones sociales que explotaron en Haití en el período 1791-1804.
El reformismo borbón de Carlos III en América en la segunda mitad del siglo XVIII, aglutinó a los blancos criollos en defensa de sus privilegios de clase, y con ello sin pretenderlo, atizó las ideas de independencia respecto a una España que les atacaba al promover a los pardos. Para Carlos III y los monarcas borbones junto a sus Intendentes, nuevos funcionarios en América, había que volver a recuperar económicamente unas colonias descuidadas y hacerlas florecer. Y para ello había que debilitar la grande influencia que tenían los blancos criollos atrincherados en los Cabildos.
Los criollos, los que tenían el poder económico de la Colonia, nunca le perdonaron a España medidas como la Real Cédula de Gracias al Sacar, promulgada por Carlos IV en 1795, ya que atacaba el fundamento de su dominación. Quizás sea en éste hecho, nunca nombrado, el principal «movimiento» de la preindependencia. Lo cual nos pondría de cabeza todas las versiones patrióticas al uso. «Limpiar la sangre» y ascender socialmente a cambio de un pago fue una inesperada oportunidad para los pardos que representaban a más del 50% de una población repartida entre blancos, indios y esclavos africanos.
De Pardos a Pueblo: cambiar para que nada cambie. Hoy en Venezuela lo que se llama Pueblo son los mismos Pardos de la Colonia con el agregado de los degradados integrantes de la otrora próspera clase media profesional y universitaria que el chavismo abolió y puso en fuga. El chavismo, una dominación pre moderna, nos conectó con la Colonia ya abolida. La historia como hazaña de las ironías.
Ángel Rafael Lombardi Boscán es Historiador, Profesor de la Universidad del Zulia. Director del Centro de Estudios Históricos de LUZ. Premio Nacional de Historia.
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