Los trucos del régimen, por Simón Boccanegra

Germán Mundaraín sí es todo un caso. Nadie sabe para qué sirve la Defensoría del Pueblo pero su titular es una verdadera estrella mediática. No puede ver una cámara o un micrófono porque se tira en slide. La última es la cara de preocupación con que nos alerta sobre los peligros que nos acecharían durante los días del Reafirmazo. Haciéndose el pendejo habla de «bombas». Delicado sembrador de pánico. Al menos Clodosbaldo Russián asume su vaina como es. Ni siquiera trata de fingir que se ocupa de su trabajo.
Sencillamente se ha borrado de la escena pública y ha logrado el milagro de que la gente se olvide de que la Contraloría existe. Se puede decir, incluso, que el gran Clodo ni siquiera es un cínico. No hace un carajo pero tampoco anda echándoselas de sapo rabúo, con declaraciones a troche y moche, como si fuera Elliot Ness redivivo. Por otro lado, Chávez ordena a la FAN que «impida el fraude» en esa misma ocasión. ¿De dónde saca Chávez que el Plan República va más allá de garantizar el orden público? ¿Quiere que los soldados pidan la cédula, verifiquen firmas, chequeen la huella digital? ¿Pretende que el Cufan sustituya al CNE? Cuando Carter habló de trickses porque conocía el sebo de su ganado.