Luchar y movilizarse es la consigna, por Héctor Pérez Marcano
Vamos a estar claros. Abstenerse es rendirse, no luchar. Es entregar al régimen el poder legislativo y así completar el dominio que tiene sobre la sociedad. Es entregarle el poder que les falta para cerrar, a cal y canto, el dominio sobre la sociedad venezolana. Podrán aprobar todas las leyes que hagan falta para legitimar el régimen dictatorial que ejercen a placer.
En el 2005 la abstención le entregó toda la Asamblea Nacional al régimen. Chávez pudo hacer aprobar cuanta ley le hacía falta para armar la urdimbre legal que soporte el estado comunal –que, no olvidemos- es el objetivo estratégico del régimen.
En el 2010 aprobaron las cinco leyes del poder popular. Allí está plasmado el soporte legal. En el 2012 Chávez presentó su Plan de la Patria como programa electoral ante el CNE.
Más adelante la Asamblea Nacional convirtió el Plan de la Patria en ley de la República. Así se completó el basamento legal para que el régimen proceda a su antojo en su actuación represiva contra la sociedad.
Esa es la consecuencia de habernos abstenido en el 2005.
Yo no podría señalar ahora qué alternativa tomar para evitar que le entreguemos al régimen el dominio completo de nuestro país. Solo sé que la abstención facilitaría que continúe un régimen que ha destruido lentamente al país, que lo extinguirá definitivamente. ¿Qué hacer? Luchar por un proceso electoral que permita una solución electoral transparente cuyos resultados concilien los intereses de los bloques en conflicto.
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Lo contrario de la abstención es luchar, movilizarse, organizarse. Hay diversas formas de organización que la ley permite para participar y obstruir los objetivos del régimen de legitimarse. Háganse una pregunta: ¿Qué es lo que le conviene al régimen?: la abstención de la oposición. Luego, por simple lógica no podemos hacer lo que le conviene al régimen.
¿Qué es lo que el régimen teme?: que el pueblo se organice y movilice contra la decisión del TSJ. Tenemos que luchar para rescatar a los partidos de oposición hoy secuestrados por el TSJ. Tenemos que lograr la reivindicación de los dirigentes políticos inhabilitados. Tenemos que lograr la libertad de los presos políticos. Tenemos que lograr el retorno de los exiliados. Tenemos que lograr el retorno de los migrantes venezolanos. ¿Les parece poco todo ese programa de lucha? Ahora bien, ninguna de esas aspiraciones se logra absteniéndose. Solo luchando contra un proceso electoral a la medida de los intereses del régimen podremos avanzar. El régimen no las tiene todas consigo aunque sus aliados lo ayuden a salir de algunos atolladeros. La economía no podrán recuperarla.
Es tal la destrucción que ni reviviendo al General Marshall se podría lograr por más que rematen al país. Ya no tendrán recursos para seguir haciendo populismo. Lo que viene es sangre, sudor y lágrimas como diría Churchill. No podrán con la pandemia por más que manipulen las cifras reales de contagiados y fallecidos. Solo la represión, más brutal que la actual, podrá sostenerlos por un tiempo. Si no nos rendimos si no les regalamos la Asamblea Nacional si nos organizamos y luchamos movilizando todos los resortes democráticos del país lograremos derrotarlos.
Ahora bien. Hay un factor fundamental para lograrlo: la unidad de todas las fuerzas que se oponen a este régimen. Sin unidad estamos perdidos. Hoy son muchos los factores que se oponen al régimen; unámoslos.
Hay un vasto campo que unir. No solo los partidos inhabilitados. Dentro del régimen hay contradicciones, en la FAN hay contradicciones. Pongamos sobre la mesa un gobierno de emergencia nacional donde quepamos todos los que queremos una solución pacífica, electoral, negociada de la crisis. Aislemos a quienes quieren continuar destruyendo Venezuela.
Podemos crear un frente democrático que abarque a los partidos que dialogan con el régimen, a los que se niegan a dialogar. Desde quienes como” Cambiemos” han modificado su postura inicial en la AN hasta quienes se cobijan en la disidencia de Marea Socialista. Desde los evangelistas de Bertucci hasta los católicos de Virtuoso. Desde los Barretos, desde Eduardo Fernández y Claudio Fermín hasta Rafael Simón Jiménez tenemos un amplio campo de lucha que debemos trabajar.
La UNIDAD siempre ha guiado las victorias populares. En 1952 la Unidad en torno a la tarjeta de URD derrotó a la dictadura de Pérez Jiménez. En 1958 la UNIDAD en torno a la Junta Patriótica que agrupaba a todos los que luchábamos contra la dictadura nuevamente nos dio la victoria. En esa Unidad cupimos todos y triunfamos todos. Es posible construir la Unidad que necesitamos para salvar a Venezuela de la destrucción.