Luz que agoniza, por Teodoro Petkoff
El asueto forzoso decretado por el gobierno en Semana Santa, que uniendo los dos fines de semana involucrados, más Jueves y Viernes Santo, semiparalizó al país durante nueve días, pone de bulto la dramática realidad de la crisis eléctrica. Pésimamente implementada, con distintos ministros contradiciéndose entre sí, improvisada como casi todas las cosas que hace este gobierno, la decisión tomada fue sustentada en la necesidad de ahorrar energía. La situación eléctrica tiene que estar muy mal para que el gobierno haya tirado la parada, que no debe tener antecedentes en el mundo, de suspender la mayor parte de las actividades en todo el país por más de una semana. Las pérdidas tienen que haber sido milmillonarias y los perjuicios causados imposibles de cuantificar. Para el gobierno estaba claro que algo así tenía que suceder, pese a lo cual, sin embargo, apeló a esa medida desesperada, cuyos resultados, en términos de ahorro, ya veremos si la justificaban.
Esto da pie para insistir una vez más en la responsabilidad del gobierno de Hugo Chávez en las tribulaciones que está viviendo el país gracias a su incapacidad. Toda su campaña para tratar de convencernos de que la calamidad es ajena a su gobierno se ha estrellado contra la realidad y contra la creciente información que se difunde acerca del modo inepto e imprevisivo como ha administrado el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) a lo largo de esta década.
Ya la gente sabe que al menos siete «Niños» se han descargado sobre el país en años anteriores sin que se hubiera producido crisis eléctrica alguna. La sequía de este año es menos fuerte que la de 2003 y sin embargo, ese año no pasó nada. De modo que toda la faramalla sobre el «nivel de colapso» de Guri no tiene más objeto que tratar de preparar a la población para hacerle creer que el empeoramiento de la crisis es atribuible a ese factor. Por supuesto que «El Niño» hace más problemática la situación, pero de todas formas, aun sin los efectos del verano, estaríamos pasando por esta crujía. A Guri se le está «exprimiendo» porque el resto del SEN no tiene capacidad para atender la demanda. Y no la tiene porque el gobierno no hizo las inversiones necesarias en plantas termoeléctricas y en los sistemas de transmisión y distribución, amén de que dejó morir Planta Centro y congeló las tarifas desde 2001. Estos inútiles no fueron capaces de prever el incremento de la demanda y la necesidad de acompasar la generación de electricidad a ese hecho. «El Niño» no tiene nada que ver con tamaña ineptitud.
Señalar la responsabilidad del gobierno y de Chacumbele en particular no es para consolarnos con el mal ajeno, porque, en definitiva, la crisis eléctrica la sufrimos todos, sino para que no se olvide que esta gente llegó al gobierno prometiendo superar lo que dejaba atrás. Nunca ha sido más verdadero el dicho que habla de remedios peores que la enfermedad. El nuestro es un caso paradigmático. Tan incapaz como Chacumbele no ha habido otro presidente, desde 1830 para acá. Y mire que la lista de ineptos no es corta.