Madrugonazo del 30A develó fisuras en lealtad pero sin penetrar instalaciones de la FAN
El general Juan Antonio Herrera Betancourt señaló que la operación liderada por Juan Guaidó no fue un golpe de Estado, sino la movilización de un contingente militar
El madrugonazo militar con el que el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, quien se juramentó como presidente encargado el 23 de enero, sorprendió al gobernante Nicolás Maduro el 30 de abril no fue propiamente un golpe de Estado, pero develó fisuras en la lealtad castrense. La Operación Libertad tampoco fue generosa en el número de miembros de la Fuerza Armada Nacional (FAN), el oficial al frente fue un teniente coronel, ni penetró las instalaciones de la organización. Sin embargo, dejó varias lecturas sobre los movimientos en los cuarteles.
“El martes 30 de abril, hubo una confusión que algunos llamaron golpe, fue un llamado nuevamente a que la Fuerza Armada se incorpore a la transición, no hubo ingreso a las instalaciones ni movilización militar, ni unidades que se alzaron; pero si algunos oficiales que estaban en desacuerdo con Maduro y el desplazamiento de un contingente. Con esto quedan descartadas las acusaciones de subversión”, explica el general retirado Juan Antonio Herrera Betancourt.
El militar sostiene que dentro de la FAN crece la matriz de opinión sobre la importancia de reconocer a Juan Guaidó como presidente encargado y cuya juramentación en un acto público se deriva de su rol como presidente de la Asamblea Nacional (AN), el único poder legítimo que existe en el país. En este sentido, el oficial retirado puntualiza que esto no implica que se suscite una asonada militar, pero sí que se retire la subordinación a Maduro, cuyo segundo mandato, asumido el 10 de enero de 2019, está legalmente cuestionado.
Por su parte, el coronel retirado José Machillanda, sociólogo militar, califica el madrugonazo de Guaidó como una torpeza tras la cual se evidencia el desconocimiento del entorno militar. Asegura que el despliegue de la Operación Libertad fue un acto de violencia política.
“Lo que ocurrió el 30 de abril en el distribuidor Altamira, frente a la Base Militar Generalísimo Francisco de Miranda, no es otra cosa que un acto y una acción de violencia política que se caracterizó por ser sorpresivo y calamitoso. Sorpresivo porque Guaidó se presentó con Leopoldo López y sin explicaciones; y calamitoso porque, de manera primitiva, se usaron armas del Ejército y de la Guardia Nacional teniendo como objetivo la Comandancia de la Aviación; se usó el instrumental de la organización castrense en medio en un procedimiento que lució adireccionado sin conocimiento y evaluación del impacto del hecho”, asevera José Machillanda.
Machillanda añade que la operación también conllevó una desconsideración hacia la sociedad y tiene consecuencias legales.
“Se desestima la realidad militar al pensar que todos se iban a ir hasta el distribuidor Altamira en medio de un acto insensato. Desde el año 2011, la cúpula militar en pleno de manera irresponsable, sumisa y cobarde decidió ser parte del régimen de Hugo Chávez y el estamento militar se convirtió en un cuerpo armado, en una organización al servicio del Gobierno; la cúpula actúa como caporales y vasallos el madurismo del siglo XXI y cumplen funciones de gobierno para las cuales no estaban preparados”, puntualiza.
En este sentido, el sociólogo militar indica que la vía tiene que ser la transición política. Expresa que “frente a las grandes dictaduras, este es un proceso que requiere de tiempo, práctica y doctrina. El objetivo es lograr la presencia de nuevos valores y símbolos para que el sujeto entienda su rol y crecer hasta lograr lo que acaba de anunciar Guaidó ahora que es la huelga general».
Sobre los efectos de la operación encabezada por Guaidó, el general retirado Gonzalo García Ordóñez, exjefe del Comando Unificado de la Fuerza Armada, acota que los fines políticos visibles se consiguieron, y no está en entredicho el liderazgo de Juan Guaidó, pero duda del alcance de los objetivos tácticos.
“Uno de los objetivos era conseguir el apoyo de la Fuerza Armada a la movilización y al mudarse desde La Carlota hasta Plaza Altamira se alejó de esa meta», indica el general Gonzalo García Ordóñez.
García Ordóñez advierte que una de las causas de la derrota de los Estados Unidos en Vietnam radicó en la excesiva injerencia política en las operaciones militares. Subraya la importancia estratégica de sintonizar los objetivos políticos y militares.
Rebelión cívico militar
El analista José Alberto Olivar atribuye el despliegue de la Operación Libertad a un momento cívico militar.
“De acuerdo a los más recientes aportes teóricos de aquí y más allá de nuestras fronteras, la fase de la Operación Libertad que vimos el 30 de abril, no fue un alzamiento clásico de un sector militar imbuido por la ambición de poder, sino la rebelión de un grupo de civiles y militares que luchan contra un régimen tiránico”, enfatiza.
Señala que la movilización de los ciudadanos después de que Guaidó se apostó frente a la Base Generalísimo Francisco de Miranda se justifica con la potestad que otorga la Carta Magna a los ciudadanos, según los artículos 335 y 350, de cooperar con el restablecimiento del orden constitucional.
Sobre la aparición tardía de Maduro junto al Alto Mando, que ocurrió a tempranas horas de la mañana del 2 de mayo y 48 horas después del madrugonazo de Guaidó, Olivar cree que obedeció primero al factor sorpresa y luego a una medición de fuerzas a lo interno de la FAN.
“Según se desprende de las primeras declaraciones del general Vladimir Padrino López, ministro de la Defensa, y las de la marcha militar del 2 de mayo, que terminó en un plantón de castigo para todos los uniformados presentes, hubo desconcierto por la rebelión y la liberación de Leopoldo López. Este hecho que por sí solo, desde la óptica del Gobierno representó un peligroso desajuste en la capacidad de control ejercida sobre el aparato militar y represivo que le sirve de base. La sombra de la traición inminente es muy probable que campeara a lo largo del día, y ello suscitó una falta de respuesta oportuna y efectiva para hacer frente a los hechos”, sostiene José Alberto Olivar.
El analista castrense va más allá y cree que la cadena de radio y televisión del gobernante Nicolás Maduro, difundida el 30 de abril a las 9 pm, no tuvo como destinario a la oposición, sino que se dirigió a lo interno del sector militar que durante las largas horas del día de madrugonazo asomaron signos de malestar por las consecuencias de las sanciones internacionales y la agudización de la crisis del país.
“Esos signos de aparente rectificación no son más que una treta para terminar de desenmascarar a los traidores insertos en la élite gobernante y fueron reforzados en las declaraciones emitidas durante la marcha militar encabezada por Maduro”, añade.
Lealtad impuesta
La presidenta de Control Ciudadano para la Seguridad, Defensa y Fuerza Armada Nacional, Rocío San Miguel, consideró clave la cadena del 2 de mayo en medio la marcha castrense, desde Fuerte Tiuna y en la que según el parte oficial participó un contingente de 4.500 hombres.
La abogada argumentó, en Twitter: “La cadena ha sido necesaria por la profunda inestabilidad que existe en el seno de la Fuerza Armada en este momento por las enormes presiones a las que está sometido el mundo militar, por la percepción real que tiene Maduro de una fractura en los mando militares que lo terminen por desalojar del poder”.
La cadena ha sido necesaria por la profunda inestabilidad q existe en el seno d la FANB en este momento
X las enormes presiones a las q está sometido el mundo militar
Por la percepción real q tiene Maduro d una fractura en los mando militares q lo terminen x desalojar del poder
— Rocío San Miguel (@rociosanmiguel) May 2, 2019
Maduro, quien desde que inició el año 2019 ha sido prolijo en sus exhortaciones a la lealtad militar, retomó esa vía luego del impacto del 30 de abril.
“Esos reiterados llamados a lealtad que no son nuevos en la FAN desde que Maduro fue ungido en la presidencia mas no del poder absoluto, revelan primero la obsesión y ahora la paranoia acerca de una potencial fractura que termine por implosionar la estructura de poder dominante, que un grupo de académicos de la Universidad Simón Bolívar no dudamos en denominar Estado Cuartel”, acota José Alberto Olivar.
El general García Ordóñez subraya que Maduro está solo con las armas, las que le provee el Alto Mando y los mandos, las armas de los colectivos y las que no se ven, pero son utilizadas por el Gobierno para la aplicación arbitraria de la ley.
Para el general retirado Juan Antonio Herrera Betancourt los mensajes de Maduro no encuentran eco porque crece la consciencia a lo interno de la organización castrense de que la lealtad no debe inclinarse hacia una persona, sino hacia la Constitución y las leyes.
Sobre esto, Olivar señala que la carta que se difundió del general Manuel Cristopher Figuera, exdirector del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional y quien fue destituido luego de la liberación de Leopoldo López, dan señales de las fracturas dentro de la FAN.
“Ante la fallida concreción del objetivo primario de la acción del 30 de abril, quienes probablemente habían decidido maniobrar en perfecto sigilo y compromiso, al verse descubiertos, optaron por distanciarse estratégicamente, dejando cada quien a su suerte”, acota.
Sobre los pasos de Padrino
El Ministro de la Defensa, general en Jefe (EJ), Vladimir Padrino López, luego de verse comprometido por los señalamientos de Estados Unidos de que fue contactado como pieza clave de la Operación Libertad, admitió que había recibido una propuesta.
“Da mucha indignación por dentro que me vengan a comprar con una oferta engañosa, estúpida, ridícula, con esas ofertas que andan haciendo de la boca para afuera”, aseveró el militar el 2 de mayo.
Su respuesta, sin embargo, se dio luego de que Nicolás Maduro concediera la palabra al jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada, almirante Remigio Ceballos Ichaso. Este gesto, en opinión del coronel retirado José Machillanda, representa un indicativo clave de la desconfianza que cayó sobre Padrino López y que su tiempo al frente del despacho castrense, al que llegó en julio de 2016, expiró.
“Detrás del puesto de poder que ocupa desde hace tiempo el general Padrino López, hay claros aspirantes, y ciertas o no las afirmaciones de John Bolton y Elliot Abrams, es la oportunidad perfecta para que esos aspirantes logren materializar el relevo natural del general Padrino, ello explica el exceso de contundencia de quienes hicieron uso de la palabra en la marcha militar convocada por Maduro”, enfatiza José Alberto Olivar.
El general Herrera Betancourt indica que el Ministro de la Defensa resultó ser una víctima de sus propias actuaciones.
“Padrino es una víctima de su propia actuación, no tiene una orientación y un criterio definido, ni bien para él, ni bien para la República, es un hombre irresoluto, no tiene la vocación y el criterio de tomar una decisión acertada, lo que significa una terrible actuación, no sabe hacia qué lugar, que punto ubicarse. No tiene la fuerza que tuvo en algún momento”, enfatiza.