Maduro amenaza con exponer a la «izquierda divisionista» y pide más poder para el PSUV
El PSUV actualmente domina el panorama político del país, pero Maduro pretende dar un paso más allá y «reconstruir» el movimiento popular, en aras de otorgar poder a militantes pesuvistas que no ostenten ningún cargo público
El mandatario .
Durante su alocución -transmitida por canales estatales pese a no ser un acto de Gobierno-, Maduro arremetió contra militantes del PSUV o de otros partidos que forman parte del Gran Polo Patriótico (GPP) que, a su juicio, intentan dividir al chavismo, lo que consideró como un «crimen» contra la patria.
«Por ahí hay planes para dividir al chavismo, hay gente trabajando para dividir al chavismo. Hemos decidido convocar todas las fuerzas del GPP, consolidar una gran alianza y denunciar de frente con nombre y apellido a los divisionistas, estén donde estén; porque es un crimen contra la patria y la revolución pretender dividirnos. Atacar al PSUV es atacar al legado de Chávez», advirtió.
Este aviso al chavismo parece formar parte de un proceso que intanta impulsar el chavismo para consolidar el PSUV como una fuerza política casi omnipotente en el país, plan para el cual Maduro resaltó que desea otorgar mayor poder al partido.
«He planteado la relación del partido con el Gobierno. Pedí que avancemos en un nuevo tipo de relación, donde el partido asuma la rectoría del gobierno revolucionario, asuma un papel más propositivo, crítico, dinámico y activo para señalar rumbos, hacer alertas tempranas y corregir problemas donde existan; evaluar a ministros desde un punto de vista político, gerencial e ideológico», indicó.
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El PSUV actualmente domina el panorama político del país, con el control de los poderes Ejecutivo y Legislativo, con las extensiones del chavismo en su influencia sobre el Judicial, Electoral y Ciudadano. Sin embargo, Maduro pretende dar un paso más allá y «reconstruir» el movimiento popular, en aras de otorgar poder a militantes pesuvistas que no ostenten ningún cargo público.
«Diseñamos un equipo que articule la nueva construcción del movimiento popular y la expansión de las fuerzas populares de la revolución. Hemos decidido ir a un proceso de consolidación y expansión de las fuerzas del movimiento popular venezolano. El PSUV se ha convertido en la base, en una fuente de liderazgo», destacó.
Por esta razón, una de las principales premisas del chavismo durante la campaña electoral para los comicios legislativos del 6 de diciembre fue dar carácter constitucional al «parlamento comunal», que le permitirá a integrantes de consejos comunales interceder en decisiones legislativas.
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El PSUV afina parapeto electoral
Tras consumar unas cuestionadas elecciones con todo el panorama favorable para el chavismo ante la ausencia de la oposición mayoritaria, el oficialismo prepara el terreno para un nuevo proceso electoral, esta vez con la intención de renovar las gobernaciones.
De cara a este evento electoral, Maduro ya hace estimaciones y traza metas a alcanzar con unas reglas del juego ampliamente favorables para su bando. En este sentido, propuso a su militancia obtener la victoria en todas las gobernaciones.
«Nos hemos planteado una meta ambiciosa, grande, vamos a trabajar por esa meta. Llamo al Gran Polo Patriótico a unir sus fuerzas para tener una gran victoria en las 23 gobernaciones del país, y darle una lección a esa oligarquía, a ese sector extremista y trumpista de la oposición», exclamó.
En este contexto, invitó a organizaciones internacionales a fungir como observadores de las elecciones, tal y como hizo con los comicios legislativos. Extendió la invitación especialmente a la Unión Europea, después de que el bloque rechazara asistir el 6 de diciembre a las elecciones parlamentarias por considerar que no existían condiciones para ser considerado un proceso democrático y legítimo.
Meses antes, la Unión Europea había solicitado al oficialismo aplicar una serie de cambios a sus condiciones electorales para considerar participar en el proceso, a lo que el gobierno de Maduro respondió con un contundente rechazo y acusaciones de «injerencia».