Maduro contra la humanidad, por Naky Soto
@Naky
287 heridos (59 de ellos por armas de fuego, según el Foro Penal), más de 50 detenidos (según la Asamblea Nacional) y al menos 14 asesinados es el saldo de una jornada signada por la violencia de la Fuerza Armada y de los paramilitares (colectivos), quienes dispararon incluso contra un hospital en Santa Elena de Uairén. En Ureña llegaron a detener a funcionarios de Protección Civil que asistían a los heridos. En Santa Elena de Uairén, además de los heridos por armas de fuego y los 4 asesinados, sufrieron hasta un corte de energía eléctrica. El testimonio de un chamo en el puente Simón Bolívar resume una idea clave: “Hay bloqueo para comprar comida y medicinas, pero sí tienen con qué pagar bombas lacrimógenos, perdigones y balas”. El barco que zarpó de Puerto Rico con ayuda humanitaria recibió amenazas directas de fuego por parte de los militares venezolanos, lo que les obligó a cambiar su trayectoria, y dos camiones con ayuda humanitaria fueron incinerados en el puente Francisco de Paula Santander por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana. A pesar del peligro, hubo voluntarios que ayudaron a salvar insumos y medicamentos de esos camiones, ¡qué valiente ha sido la gente de la frontera!, tanto, que muchos acompañaron a cada militar que decidió defender la Constitución y pasar a territorio colombiano.
Bailar la indolencia
Ignorando toda la violencia que ordenó ejercer contra la ciudadanía y sin preocuparse por los graves saldos que ya se conocían para la hora de su discurso, Nicolás anunció que rompió todo tipo de relaciones políticas y diplomáticas con Colombia y dio un plazo de 24 horas para los funcionarios colombianos que salgan del país: «¡Fuera de aquí oligarquía! ¡Fuera la oligarquía de aquí, ya basta ya!». En su narrativa, Colombia ha prestado su territorio para fraguar una supuesta agresión en su contra, por eso calificó al presidente Iván Duque como un diablo, no sin aclarar que «tiene su cara de angelito (…) y le agarraría los cacheticos». Nicolás volvió a retar al presidente (e) Juan Guaidó a convocar elecciones, abriendo el compás para toda la diplomacia que demanda que no se escale la violencia, aunque esta solo sea ejercida por el usurpador oferente, de hecho, hoy amenazó con meter presos a los venezolanos que protesten y se enfrente a sus fuerzas de seguridad para intentar ingresar la ayuda humanitaria: “Van para la cárcel, ¡guarimbero que salga, guarimbero preso!”, dijo antes de asegurar que ya se está preparando para los carnavales, antes de bailar con la muda Cilia, cumpliendo su ritual de minimizar las muertes que ordena mientras mueve la grasa y suda el bigote.
El valor en la frontera
Esta noche, el presidente (e) Juan Guaidó afirmó: “Hoy han visto la peor cara de un régimen. Hoy el mundo vio en horas la peor cara de la dictadura”. Guaidó explicó a los funcionarios de la FFAA que no le deben lealtad a alguien que quema comida enfrente de hambrientos, que no le deben obediencia “a quien con sadismo celebra que no entre la ayuda humanitaria a un país que la necesita”, afirmando que Nicolás ha tomado el peor camino: el crimen de exterminio por acción y por omisión. Aprovechó de explicar las “caras de tristeza” de las que se burlaron varios voceros del chavismo como Diosdado Cabello y Jorge Rodríguez, y les increpó: “¿Es que ustedes celebran la muerte de los venezolanos?”. Guaidó pidió a la coalición de naciones que le respalda mantener todas las cartas sobre la mesa y anunció que el lunes asistirá a la reunión del Grupo de Lima. “Es irreversible el cambio”, afirmó y añadió que hoy se hizo evidente la mentira sobre una invasión militar. Una jornada como la de hoy deja muy claro quién cree en la violencia, quién la ejerce a mansalva y quién la goza.
La violencia censura
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (Sntp) y la ONG Espacio Público hicieron una cobertura importante de todos los ataques que sufrieron durante este sábado periodistas, fotógrafos y videógrafos, que incluyen desde ataques a los hoteles en los que se hospedaban, pasando por robos de equipos y pertenencias, amenazas, hostigamientos, coacción para borrar material grabado, hasta disparos. Las agresiones fueron perpetradas por funcionarios de los cuerpos de seguridad del Estado y por paramilitares, siendo estos últimos los más desproporcionados en el uso de armas. Hay periodistas heridos por perdigones y otros materiales; algunos sufrieron asfixias (como casi todos los manifestantes) por el efecto de los gases lacrimógenos; y la periodista sueca Annika H Rothstein, fue detenida por paramilitares, le robaron sus equipos, la golpearon y la amenazaron de muerte. Después de dos horas la dejaron en libertad. También Cantv bloqueó la página web de El Tiempo de Bogotá y Conatel bloqueó canales televisivos.
Movimientos en el tablero
El asesor de seguridad de EEUU, John Bolton, afirmó: “Matones enmascarados, civiles asesinados y la quema de camiones con alimentos y medicinas, es la respuesta de Maduro a los esfuerzos para ayudar a los venezolanos. Los países que aún lo reconocen deben tomar nota», añadiendo que no se olvidará ninguna acción de la FFAA para instigar la violencia contra civiles pacíficos. El canciller de Colombia, Carlos Holmes Trujillo,explicó que están haciendo los preparativos para que todo el personal diplomático de su país regrese lo más pronto posible, tras la expulsión de Nicolás, aprovechando de responsabilizarlo de cualquier atentado o desconocimiento de los derechos de sus funcionarios. El coronel Jacaúna, jefe de operaciones del Ejército brasileño en Pacaraima, dijo que los militares venezolanos invadieron su territorio, adelantando que el Gobierno tomará medidas diplomáticas.
El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, afirmó que la actitud de Nicolás le recuerda los últimos días de Noriega. “Esta vez, la presión internacional debe imponerse para que se logre una salida pacífica, democrática y venezolana”, escribió, expresando además su apoyo a Juan Guaidó. El Gobierno de Perú expresó su firme condena al impedimento de acceso de ayuda humanitaria así como a la violenta represión y atentados contra los derechos humanos. El presidente de Chile, Sebastián Piñera, dijo que “la ayuda humanitaria ingresó hoy parcialmente, y era muy necesario; no entró toda la ayuda, y eso es doloroso“, afirmando luego que la lucha continúa. Mauricio Macri renovó su apoyo a Guaidó y a “los esfuerzos de la Asamblea Nacional para lograr que lleguen los alimentos y las medicinas tan necesarios para aliviar el sufrimiento que Maduro ha impuesto sobre su propio pueblo”. Esta noche, el presidente de Colombia Iván Duque acompañó la declaración de Guaidó y el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y afirmó: “La dictadura en Venezuela podrá apelar a la violencia para evitar que llegue la ayuda humanitaria, pero hoy ha sellado su derrota moral, su derrota diplomática”.
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Nicolás insiste en la posibilidad de vivir una confrontación militar que lo haga víctima, que limpie su amplio expediente como victimario, ese que hoy engrosó salvajemente. Es otra apuesta vil que vamos a pagar con vidas, con las vidas de los más vulnerables, niños, desnutridos y pacientes sin medicamentos. Nos corresponde mantener la templanza y equilibrar las expectativas. Apenas se cumple un mes de la juramentación de Juan Guaidó (aunque se sienta como un año) y ante la posibilidad que de un día tan sombrío borre el saldo de lo acumulado, no caigamos en la desesperación; la épica ha sido nuestra y justo por eso el chavismo no ha dejado de cometer errores profundos, incluyendo el cruel asesinato de ciudadanos desarmados. Honremos a nuestros muertos, mantengamos nuestros objetivos.