Maduro no entendió el mensaje
Ganó la democracia, pero sobre todo ganó porque quienes recibieron la mayoría de los votos creen auténticamente en la democracia como el sistema político más conveniente. A pesar de la claridad con la que se expresó la mayoría, es evidente que en Miraflores no entendieron el mensaje
El pueblo venezolano habló el domingo claro y raspao. Ganó la democracia, pero sobre todo ganó porque quienes recibieron la mayoría de los votos creen auténticamente en la democracia como el sistema político más conveniente. Son gente que no va a utilizar los mecanismos de la democracia para acabar con ella, como pretendió el chavismo y su expresión menor, el maduro-cabellismo.
A pesar de la claridad con la que se expresó la mayoría, es evidente que en Miraflores no entendieron el mensaje. Las palabras de Nicolás Maduro, pocos minutos después de que la directiva del CNE diera los resultados, lo demuestran. El discurso fue el de siempre, la repetición de los mismos lugares comunes de todos los días, los responsables de los males del país son todos, menos los que detentan el poder. Ninguna invitación al diálogo, a entenderse de manera civilizada. Lamentable.
Desde el lado de la MUD observamos una actitud muy distinta. Vemos humildad, inteligencia, sensatez y convencimiento de que la unidad hay que preservarla. Las tareas por venir son de una magnitud tal que es imposible afrontarlas con éxito si no se mantiene el acuerdo que muy bien expresó la entente opositora, a cuyos integrantes hay que hacerles un reconocimiento por el triunfo logrado y por haber mantenido el rumbo trazado, desoyendo a algunas voces que pretendían retomar atajos improductivos.
El domingo los venezolanos derrotaron el autoritarismo, el militarismo, el abuso de poder. El Gobierno empleó todos los recursos habidos y por haber para tratar de escamotear el triunfo de los sectores democráticos. Eliminó la elección directa del Parlatino, modificó el índice poblacional de algunos municipios para mover diputados a circunscripciones que siempre le fueron favorables. Repartió de todo. Puso a su total servicio al sistema nacional de medios públicos. Compró partidos, trató de confundir a los electores. Nada de esto le dio resultado.
Lo primero que tiene que hacer la nueva mayoría parlamentaria es convertir a la Asamblea Nacional en un poder independiente del Ejecutivo. Que lo controle. Que supervise a qué se destinan los recursos que se le aprueban. Que verifique los acuerdos internacionales y la deuda contraída por la República.
Creemos que en materia legislativa tiene algunas tareas urgentes. Una de ellas es una ley de amnistía, que les dé la libertad a los presos políticos y que permita el regreso de los exiliados. Debe eliminar todas esas figuras creadas por el maduro cabellismo para burlar la voluntad popular, como CorpoMiranda que preside Elías Jaua y recibe recursos que deberían ser entregados a la gobernación de ese estado. Ese tipo de figuras también afectan a los gobernadores de Amazonas y Lara.
Deberían investigar las denuncias de corrupción que fueron tapareadas por el PSUV. También sería interesante que indagaran sobre quiénes son los verdaderos propietarios de algunos medios de comunicación que cambiaron de líneas editoriales una vez pasaron a manos desconocidas.
Así mismo, creemos importante realizar una profunda reforma a la ley del sufragio, que garantice la representación de las minorías, lo que no ocurre en la actualidad. El sistema electoral lo hizo el PSUV para ser mayoría sin tener la mayoría. Recordemos que hace cinco años la diferencia entre el partido oficial y la MUD apenas fue de un punto, pero los rojo rojitos obtuvieron una ventaja de 33 diputados. El domingo se revirtió la tortilla. Recibieron apenas 5 puntos menos que hace cinco años, pero perdieron más de cincuenta diputados con relación a 2010.
Hay que destacar también que fue la primera vez que los sectores democráticos derrotan al PSUV con una alta participación electoral. Elemento muy importante de analizar de cara al futuro. ¿Se rompió definitivamente el “amor”? En todo caso, es importante tomar en cuenta que el sector oficial recibió el respaldo del 43% de los electores, a pesar de la pésima gestión gubernamental que vienen ejecutando.
La situación económica, social y política del país es grave. Desde la Asamblea Nacional se puede ayudar mucho a mejorarla, claro que para ello hace falta que el Gobierno entienda el mensaje que dio el pueblo y rectifique. No parece que quieren transitar ese camino.
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