Magglio Ordóñez, por Simón Boccanegra
Me voy a salir hoy de los temas habituales: voy a escribir sobre Magglio Ordóñez. Terminó la temporada de Grandes Ligas y el pelotero falconiano quedó como el quinto mejor bateador, el segundo empujador, el cuarto en dobles y el sexto jonronero de la Liga Americana, con unos números que configuran la más sobresaliente de sus campañas en el Norte -que son superiores, dicho sea de pasada, a las primeras de Sammy Sosa, Barry Bonds y Manny Ramírez. Cuatro años consecutivos con más de 300, más de 30 jonrones y más de 100 empujadas. Se dice facilito. A este paso, Magglio va rumbo a la élite de los grandes entre los grandes. Pero, curiosamente, vimos el sábado un reportaje sobre los candidatos a Jugador Mas Valioso (MVP, por sus siglas en inglés), de la Liga Americana, en el cual ni siquiera se menciona el nombre del catire de Coro. El otro día también escuché en la transmisión de un juego una discusión entre los comentaristas acerca del mejor bateador latino de la actualidad. Sorprendentemente, el nombre de Magglio no fue considerado para nada. Por lo visto, como que es verdad que algunos nacen con buena estrella y otros nacen estrellados. Al menos entre nuestros periodistas deportivos.