Maniqueísmo peligroso, por Sebastián Boccanegra
El amigo de mi enemigo es mi enemigo. Ese es el razonamiento que vienen utilizando las dos partes en que está dividido el país. El último ejemplo de este absurdo lo acabamos de ver con lo que ocurre en Grecia. Como Nicolás Maduro le dio su apoyo al gobierno de ese país, la mayoría de quienes opinaron, desde la oposición, sobre el tema heleno repitieron los argumentos de los acreedores.
Eso en nuestra opinión es un error garrafal. Hemos leído diversos materiales sobre lo que ocurre en Grecia. Unos que le echan todas las culpas a los griegos y, las menos, que se las endilgan a la Unión Europea. Seguramente hay que repartirlas en ambos lados, pero a nosotros nos extraña que los bancos privados están pasando el vaporón sin apenas ser nombrados. Y tienen también buena parte de responsabilidad en lo que ocurre.
Vemos que en el refinanciamiento del año 2010, se le dieron 110 mil millones de euros al gobierno griego para que honrara sus compromisos, principalmente con bancos privados. No sé cuáles serán los requisitos que piden los bancos en Europa para dar un crédito, pero si se parecen a los bancos criollos no deben ser pocos. ¿Cómo entonces dieron semejante cantidad de dinero a unos gobiernos manirrotos y a un pueblo que no quería trabajar, que son unos redomados flojos? Hemos visto este tipo de argumentos desde el lado de quienes respaldan a la troika y se alarman ante la “irresponsabilidad” de Syriza, olvidando que este partido gobierna ese país desde enero y que no contrajo ni un euro de la deuda.
Creemos que es hora de que los gobiernos metan en cintura a los bancos, pues la última gran crisis del capitalismo fue generada en buena medida por la irresponsabilidad con la que actuaron quienes gerenciaron el sistema financiero en muchos países, comenzando por Estados Unidos. Y también creemos que desde la oposición democrática se debe meditar con más sensatez algunas posiciones.
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