Mar de fondo en el golfo, por Teodoro Petkoff
Hace poco más de año y medio, a finales de agosto de 2007, Chávez y Uribe, reunidos en una finca cercana a Bogotá, Hato Grande, abordaron, sorpresivamente, el tema del diferendo en el Golfo de Venezuela. Qué se dijeron ambos mandatarios, no se sabe, pero inmediatamente después, el 2 de septiembre, Chávez dijo en su show dominical que «el tema del golfo había que resolverlo». Todo indicaba, pues, que la comisión negociadora entre ambos países había avanzado hacia alguna hipótesis de solución y que los presidentes se disponían a trabajar sobre ella. Desde 1980, gobierno de Herrera Campins, cuando naufragó la llamada Hipótesis de Caraballeda, la delimitación de aguas marinas y submarinas en el Golfo ha permanecido en el congelador, pero, por lo visto, ahora se replantea la búsqueda de una solución definitiva.
Ambos estados designaron, en 1990, sus respectivas comisiones negociadoras, las cuales se han venido reuniendo intermitentemente a lo largo de los años. La comisión colombiana la preside, desde entonces, Pedro Gómez Barrero, ex embajador en nuestro país. La nuestra la preside ahora Pavel Rondón, también ex embajador en el país vecino, y está integrada, además, por Giovanna De Michele y Francisco Nieves-Croes.
De acuerdo con un memorandum, fechado el 23 de marzo de 2009, dirigido por Nieves-Croes a Rondón y De Michele, entre Rondón y Gómez Borrero se habría llegado, en 2007, a una «Propuesta» de delimitación que el firmante considera «no se ajusta a la posición oficial del Estado venezolano, ignora los argumentos de Derecho Internacional favorables a nuestro país y es lesiva, en alto grado, para los derechos e intereses venezolanos…». Más aún, Nieves-Croes lamenta «que se haya decidido no consultarnos al respecto, ya que el ser el único Abogado Internacionalista de la Comisión, nuestra opinión es la más calificada y caracterizada en la materia…».
No deja de llamar la atención, añadimos nosotros, que en una comisión de tres personas, se excluya de la consideración de una materia tan delicada a una de ellas. ¿Cómo calificar esto?
Lo sustantivo en el memorandum de Nieves-Croes es su oposición a la Propuesta Gómez-Rondón. «En el caso de la propuesta comentada, el trazado de la línea de delimitación evidencia de inmediato que se trata de una repartición en la cual se han asignado al vecino país áreas para las cuales carece de título jurídico, mientras que Venezuela si los posee en cantidad y calidad suficientes». Ya antes, NievesCroes había apuntado que, de acuerdo a sentencia de la Corte Internacional de Justicia, en 1969, la delimitación «no puede ser considerada como una simple repartición de áreas, en la cual, obviamente, se termina otorgando a uno de los Estados, áreas para las cuales tiene ningún título jurídico».
Dice Nieves-Croes, para fundamentar su rechazo a la «Propuesta Gómez-Rondón»: «Las líneas que van de los puntos medios (sic) entre las costas de ambas Penínsulas, al punto de triple equidistancia y de allí en Norte franco hasta cortar la línea de Punta Espada-Punta Macolla, aparte de mostrar una gran semejanza con la fallida Hipótesis de Caraballeda (1980), carecen de fundamento jurídico sólido. Cabría preguntarse en base a qué consideraciones de orden legal se escogieron tales líneas.
Mucho más cuando las mismas contradicen abiertamente tanto la práctica como el ejercicio de soberanía de Venezuela en el área.». De acuerdo con Nieves-Croes: «El trazado de la línea en el sector Castilletes-Punto medio entre ambas penínsulas, con dirección a Punta Cocuy, constituye un abierto abandono de la posición venezolana de prolongación de la dirección general de la frontera terrestre».
En consecuencia, indica el negociador, «la aceptación de una línea de esta dirección solamente deja a Venezuela una delgada franja de mar territorial para salvaguardar sus aguas interiores». Como resultado de la escogencia de estas líneas, señala Nieves-Croes, ello conduciría a «una significativa desmejora de los derechos e intereses venezolanos en esta área marítima», porque «Comparada con la línea de delimitación alcanzada en Caraballeda, la línea de la Propuesta diverge con rumbo Este en más de doce grados (12°) de la primera, con lo cual la zona económica exclusiva de Venezuela queda convertida en un estrecho corredor, sacrificándose, en una forma difícil de comprender, una extensa área de nuestras áreas marinas y submarinas.» «El sacrificio territorial en esta área -concluye Nieves-Croes- supera el cincuenta por ciento (50%).» Resume Nieves-Croes su posición del siguiente modo: «El trazado de la línea en la Propuesta Gómez-Rondón de 2007 presenta una gran semejanza con la línea propuesta en la Hipótesis de Caraballeda de 1980 y una vez se ha establecido la superficie de las áreas que de acuerdo a la Propuesta le corresponderían a Colombia, se encuentra que las mismas superan con creces el diez por ciento (10%) que el Presidente de la Comisión colombiana, Pedro Gómez Barrero, señaló públicamente como área que le corresponde al país vecino (Gómez Barrero, 2007)». Sobre esto último, por cierto, opina Nieves-Croes, como de pasada, que fue una «Oportunidad…que nunca se debió desaprovechar».
Como detalle que no deja de ser curioso, apunta Nieves-Croes, que «tan negativa es la línea, que los mismos negociadores, en una actitud insólita, le solicitan al ciudadano Comandante Presidente de la República que negocie un arreglo mejor con el Presidente de la nación vecina». Lo cual lo lleva a juzgar como «inaudito que unos negociadores se dirijan a su mandante para solicitarle lo que ellos no lograron, ya que evidentemente no pudieron hacer su trabajo…».
Este asunto de la delimitación fronteriza en las aguas del Golfo de Venezuela es la mar de delicado y habida cuenta del memorandum del Comisionado Presidencial Francisco Nieves-Croes, que hoy hemos glosado, se impone una amplia y diáfana explicación al país por parte del gobierno, para que los venezolanos sepamos bien cuál es exactamente el estado en que se encuentran las negociaciones y podamos opinar al respecto.