Mar de fondo, por Simón Boccanegra
Este minicronista se ha abstenido de comentar el extraño caso del presidente y su enfermedad (extraño por el ominoso y espeso silencio que lo envuelve) simplemente porque prefiere no entrar en la competencia de especulaciones que la falta de información estimula. No se sabe lo que pasa, por tanto prefiero no decir nada. Pero hay un aspecto que sí merece un comentario. Puede ser una especulación, pero de política endógena. En el mundo chavista debe haber cualquier cantidad de jugadas en desarrollo. De jugadas y de planes. Cuando Maduro declara que lo de la salud de Chávez forma parte de una «batalla que nos involucra a todos», ¿a quién se está dirigiendo? A la oposición no es. Cuando Adán Chávez se levanta del chinchorro desde donde gobierna a Barinas y declara que el PSUV no debe olvidar la lucha armada entre las opciones para conservar el poder, ¿a quién se está dirigiendo? A la oposición no es. ¿Quiere sugerir Adán que hay gente en el chavismo que pudiera tomar las armas para resolver la cuestión del poder, caso de que pase algo con el hermanísimo? No es en la oposición en la que debe estar pensando, a la cual sabe desarmada, sino en algunos de los «compañeros» de partido que poseen poder de fuego, en particular uno que no es muy querido pero que tiene mucha influencia entre la gente que maneja las armas de la República y cuyas relaciones con el Yo-El-Supremo han sido siempre más o menos turbulentas. Los correos de las brujas y los tambores de la selva están archi activados.