María Cristina nos quiere gobernar
La ministra del Trabajo firma, con el respaldo del presidente, un decreto de inamovilidad por noventa días. El ministro de Producción y Comercio lo cuestiona y dice que será “inocuo”. El profesor Maza Zavala afirma que cuando la economía va mal “no hay fuerza humana” que pueda impedir los despidos. Como se ve, la coherencia no es propiamente uno de los rasgos principales del gobierno. Pero tienen razón Ramón Rosales y Maza. La ministra y el presidente no están inventando la rueda. Pero la “inamovilidad” por decreto, cuando hay crisis, dice Rosales, es contraproducente. No la cumple nadie porque las opciones, en tiempos económicamente tan duros como estos, son despedir una parte del personal o cerrar la empresa y que todo el personal quede sin trabajo. Los trabajadores, qué remedio hay, aceptan el mal menor. La única respuesta al desempleo es que la economía crezca. De lo contrario, como dice Maza, “no hay fuerza humana…” El decreto, teme Rosales, saboteará sus medidas reactivadoras. Buenas intenciones que vuelven una seda el camino hacia el infierno.