Más de 1,8 millones de venezolanos estarán en Colombia para finales de 2019
La dirección de migración del vecino país advierte que esta cifra podría elevarse tras la decisión de Ecuador de exigir visa
Según la ONU, el número de refugiados y migrantes venezolanos en el mundo alcanzó los 4.296.777 en agosto de este año, y de este total, los países de América Latina y el Caribe albergan la mayoría, siendo Colombia el que más con 1.408.055 (hasta junio); esto sin tener en cuenta el efecto embudo que genera la exigencia de visa por parte de Ecuador, refiere un trabajo especial del diario colombiano El Tiempo.
Migración Colombia calcula que cada día unos 4.500 venezolanos cruzan hacia Colombia, de los cuales entre 1.500 y 2.000 deciden quedarse. Los restantes transitan hacia otros destinos.
Como muestra de la gravedad del fenómeno, Migración tiene cálculos estimados para finales de 2019 “siendo optimistas” pueden llegar a ser 1.800.000 los que se queden; “siendo un poco más moderados, 2.500.000”, y la cifra más alarmante es que podrían llegar a ser 3.500.000 venezolanos más en el país.
Aunque estas son estimaciones y el aumento depende del transcurrir de los eventos políticos de lo que sí hay certeza es que seguirán llegando más y más migrantes y que es necesario atender tanto a los que se quedan como a los que pasan.
Hasta el momento, la balanza se inclina más a que la cifra a finales de fin de año sea superior a lo estipulado, pues a las circunstancias se han sumado las decisiones de países vecinos de imponer una visa a los venezolanos para ingresar a sus territorios, el caso más reciente fue el de Ecuador.
A partir del 28 de agosto, cuando entró en vigencia la decisión del Gobierno ecuatoriano, se ha generado un efecto embudo en el que la ola migratoria se está o bien quedando del lado colombiano de la frontera o está recurriendo a pasos ilegales controlados por grupos criminales.
En este momento, el fenómeno migratorio venezolano es uno de los más grandes del mundo, y como las cifras anteriores lo demuestran, Colombia es el principal receptor de esta población.
Reto mayúsculo que ha asumido el Gobierno colombiano desde una postura de apertura y de brazos abiertos a los migrantes, pero que, a la vez, implica encontrar soluciones a problemas estructurales históricos.
Es decir, la pregunta que ha surgido en la opinión pública del vecino país es: si el Estado no puede garantizar los derechos básicos de sus ciudadanos, ¿cómo lo va a hacer con los venezolanos que están entrando?
Lo que se ha hecho
Hasta el momento, Colombia se ha caracterizado por tener una política de flexibilización migratoria.
Esto significa que las personas que están llegando pueden ser identificadas y regularizadas, “un aspecto positivo tanto para los hermanos venezolanos, para que no los exploten laboralmente y se les puedan respetar sus derechos –según Christian Krüger, director de Migración Colombia–, pero también para que los colombianos sepamos quiénes están entrando a nuestro territorio, dónde están, a qué se dedican, y de esta manera podemos planificar mejor todo este fenómeno creciente”.
La última medida más relevante tomada por el gobierno nacional es Primero la Niñez. Por medio de esta se busca garantizar el derecho fundamental de niños y niñas a contar con una nacionalidad.
Es decir, Colombia decidió otorgar la nacionalidad colombiana por nacimiento a más de 24.000 niños y niñas, hijos de padres venezolanos, que han nacido en Colombia desde el 19 de agosto de 2015 y a los que nazcan hasta que la situación de Venezuela mejore.
La decisión se tomó luego de que se evidenciara que en la actualidad existen obstáculos imposibles de subsanar para que estos menores de edad obtengan, como les corresponde en derecho, la nacionalidad venezolana.
Colombia no puede sola
Como lo reconocen el Gobierno y organismos internacionales, Colombia no puede sola. Yukiko Iriyama, representante adjunta de Acnur Colombia, resalta que ningún país puede responder solo efectivamente a este tipo de situaciones tan complejas, pues la magnitud de esta llegada es la más grande en la historia reciente de la región.
“El flujo tiene un carácter muy complejo porque no solo hay migrantes, sino también, refugiados. Igualmente, hay venezolanos que vienen de permanencia. Nuestra preocupación es que la gente está llegando cada vez más, en mayor nivel de vulnerabilidad y requiere asistencia humanitaria y protección; es un reto muy grande”, señala.
La representante no duda en asegurar que si bien el gobierno colombiano, con el apoyo de la comunidad internacional, está respondiendo a la situación, la capacidad institucional está desbordada para poder atender por completo la necesidad humanitaria en temas como salud, albergues, educación, comida, protección para las mujeres y los niños.
Y aunque se ha hecho un esfuerzo para introducir el PEP para documentar a los migrantes, también se debe entender que hay otra complejidad: el movimiento circular, es decir que hay gente que se queda por corto tiempo. “Se deben hacer más esfuerzos para regular a más venezolanos y así puedan acceder a sus derechos básicos”, expresa Iriyama.
Situación de la que es consciente Felipe Muñoz, gerente de Frontera, y con la que se muestra preocupado, pues, efectivamente, el fenómeno migratorio continúa y continuará porque las condiciones por las cuales están migrando los venezolanos y retornando los colombianos no parecen que vayan a cambiar. “Están relacionadas con el hambre, la compra de productos básicos y temas de salud”, explica.
Según cálculos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI) realizados el año pasado, el peso anual de la migración venezolana en las cuentas fiscales colombianas se ubica entre 0,3 y 0,6 puntos del PIB. Otra estimación realizada por el centro de estudios Fedesarrollo apuntaba a 0,48. En el caso de Colombia, 0,5 puntos del PIB equivalen a unos 1.500 millones de dólares, aproximadamente.
Por el desarrollo
Los migrantes venezolanos ahora empiezan, cada vez más, a autosostenerse, a aportar al sistema de seguridad social, “a aportar al desarrollo del país”, asegura.
Los últimos datos, de hecho, son esperanzadores, pues más del 70% de los venezolanos que durante los últimos meses han renovado el PEP se encuentran actualmente trabajando y cerca del 54% se ha afiliado al Sistema de Seguridad Social.
Y, a la fecha, cerca del 50% de los que podrían renovar el PEP lo han hecho, razón por la cual el director de Migración anunció que la entidad extendió el plazo de renovación del documento hasta el 31 de octubre.
“Hoy podemos decir que más de 600.000 venezolanos están regularizados en Colombia gracias a esta medida, que muchos de ellos vienen trabajando y afiliándose al Sistema de Seguridad Social, dejando así de ser una carga para el Estado colombiano”, afirmó Krüger.
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