Más sobre Cantv, por Simón Boccanegra
El marco regulatorio de las telecomunicaciones, diseñado a partir del año 2000 para un sector entonces mayoritariamente privado, vigila muy de cerca la calidad de los servicios. A tal efecto Conatel dictó en abril de 2004 una providencia administrativa en la cual se establecen cinco categorías de parámetros de calidad, para un total de 22 indicadores. Estos parámetros miden: la accesibilidad del servicio (tiempo promedio para la adquisición del servicio); la retenibilidad (número de averías y tiempo promedio de reparación); la calidad de funcionamiento de la red (porcentaje de llamadas completadas y tiempo en el que se obtiene el tono de discar); servicio por operadoras (tiempo de espera y llamadas contestadas) y facturación (reclamos y tiempo promedio de facturación). Para cada uno de los indicadores Conatel establece niveles de desempeño que deben cumplirse. Por ejemplo, en el 98% de las llamadas el tono de discar debe obtenerse antes de tres segundos; el 95% de las averías debes ser reparado en menos de 48 horas, y así para cada uno de los indicadores. Todo esto puede leerse con detalle en la página web de Conatel. Como a todas las empresas de telecomunicaciones, a la Cantv privada se la chequeaba rigurosamente. Esos chequeos, según puede verificarse en los archivos de Conatel, mostraron siempre una situación satisfactoria. Fueron muy pocos los procedimientos administrativos abiertos por el ente regulador contra Cantv. ¿Cuál es la situación ahora? Mis informantes aducen que la empresa estatizada está hoy raspada en todos los indicadores. No se cumplen los requisitos mínimos de calidad. Si no me están mintiendo esto viene a confirmar lo que he venido señalando acerca del deterioro progresivo de la telefónica, cuyo destino no es otro que el de Cadafe o el de Alcasa, por no decir el de la «nueva» Pdvsa. Ineficiencia y corrupción. Nada nuevo bajo el sol.