Matar a pedradas, por Simón Boccanegra

Informó el cable que la visita de Hugo a Irán coincidió con el ajusticiamiento a pedradas (lapidación) de una mujer acusada de haber participado en una película pornográfica. Que fuera inocente o culpable de ese supuesto «delito» no es lo relevante. Lo increíble es que esta bárbara costumbre, que viene de la noche de los tiempos (recordemos a Jesús salvando a María Magdalena de esa muerte horrible con aquella frase que paralizó los brazos asesinos: «Quien esté libre de pecado que lance la primera piedra»), pueda estar viva todavía en algún lugar del mundo, para el caso, el nuevo «aliado estratégico» de la revolución, Irán. Ya este Hugo, que es tan parejero, hace poco se trajo del viaje a Arabia Saudí la idea de los préstamos sin intereses (con los dineros del sacristán, por supuesto), pero esperemos que no vaya a trasplantar a nuestra comarca ese método del siglo XXI (antes de Cristo) de quitar la vida. Ahora, hablando en serio, ¿es posible que los medios de la revolución se hagan de la vista gorda ante semejante muestra de salvajismo? ¿Ninguna organización venezolana de derechos humanos se va a dar por enterada de esta abominación?