“Mecate de Oro” para Tarek, por Simón Boccanegra
Hasta ahora la historiografía oficial establecía al Samán de Güere como sitio del Gran Juramento, pero ayer el poeta Tarek nos sorprendió con el tubazo de que en 1977, antes de reunirse bajo la copa del samán aragüeño, Chávez, en el cerro El Zamuro (nombre premonitorio si lo hay), de la población de San Mateo (Anzoátegui), ya había jurado «no dar descanso a su brazo, etc., etc.». De allí que el poeta haya decidido gastarse la bicoca de 1.300 millones en la construcción de una plaza en ese,desde ahora, sagrado cerro. Cuidándose de no echar un templón que pueda lesionar la virilidad de Yo El Supremo, Tarek deja en manos de éste la decisión sobre el monumento que adornará la plaza, que bien pudiera ser, desliza sutilmente el poeta, una estatua del interfecto. Tarek pone la plaza, pero, en todo caso, sobre el monumento, sugiere que resuelva El Magnón, el emperador de la galaxia. La «revolución» se envilece a pasos agigantados.Tal vez ahora nos espera una carrera entre gobernadores y alcaldes para «descubrir» sitios donde Yo El Supremo haya posado alguna vez sus imperiales asentaderas.