Mega apagón nacional dejó daños y pérdidas por más de mil millones de dólares
Ecoanalítica calcula que del 8 al 15 de marzo se perdió el equivalente a 1,3 puntos del producto interno bruto (PIB) venezolano
Venezuela, un país cuya actividad económica ha caído más de 50% desde que Nicolás Maduro asumió la Presidencia en 2013, sufrió en tan solo una semana pérdidas millonarias tras el mega apagón nacional que se produjo a las 4:50 pm del jueves 7 de marzo.
De acuerdo con la firma de consultoría económica Ecoanalítica, del 8 al 15 de marzo las fallas eléctricas dejaron daños y pérdidas por el orden de los 1.098 millones de dólares, lo que representa 1,3 puntos del producto interno bruto (PIB) venezolano, o el equivalente a que se dejara de importar durante un mes entero.
El cálculo hecho por la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional se acerca al de Ecoanalítica. El diputado José Guerra, economista y miembro de la instancia parlamentaria, afirmó que desde el día 7 hasta el 11 de marzo, se perdió cerca de mil millones de dólares. Sin embargo, la cifra no incluye los daños que dejaron los saqueos a comercios e industrias, principalmente en el estado Zulia.
“Si las incorporamos, la cifra sería superior. Esas pérdidas fueron por la paralización de las exportaciones petroleras y por empresas que se pararon y que quedaron totalmente inoperativas. Con la crisis eléctrica se trancó la producción del país”, dijo Guerra, también ex funcionario del Banco Central de Venezuela.
Sin embargo, el diputado Ángel Alvarado, economista y miembro también de la Comisión de Finanzas del Parlamento, calcula que el apagón nacional dejó pérdidas por unos 4 mil millones de dólares, lo que considera una cantidad de dinero exorbitante. “Eso marcó un nuevo momento de la economía venezolana. Este es un país que se ha descapitalizado, empobrecido, que ha perdido capacidades, y además los niveles de inflación que estamos viendo son bastante alarmantes”, afirmó.
Como señaló el diputado Guerra, ciertamente el apagón dejó inoperativas a Venalum y Alcasa, principales empresas fabricantes de aluminio del país, pues no quedó en funcionamiento ni una de las 71 celdas reductoras de aluminio operativas tras la falla eléctrica del 7 de marzo.
En cuanto a la industria petrolera, Iván Freites, secretario de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv), afirmó que casi la totalidad (90%) de las operaciones de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) se paralizó por el apagón. Las empresas mixtas, Chevron y otras compañías paralizaron las exportaciones mientras esperaban que el gobierno de Nicolás Maduro restituyera por completo el servicio eléctrico.
“Para un país con una profunda recesión como Venezuela, ese nivel de daños y pérdidas es significativo. Más que pensar en el monto, que es preocupante, hay que preguntarse si eso se puede recuperar rápidamente. No es tan fácil. Las empresas y las aseguradoras no tienen capacidad para recuperarlo. Esta situación nos va a pasar factura”, advirtió Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica
Para el economista Alejandro Grisanti, también director de la firma, el mega apagón nacional significó, en primer lugar, la imposibilidad de poder trabajar durante casi una semana y las pérdidas cuantiosas del capital de trabajo que esos días sin electricidad pudieron acarrear, sobre todo en el sector comercio, donde la refrigeración es importante.
“Pero lo que más duro le pega al sector privado, y que no lo hemos cuantificado, es la señal que el apagón manda sobre el colapso de los servicios públicos. Yo pensaría que después de esa falla eléctrica, muchos empresarios e innovadores se han vuelto a pasear por las preguntas de si vale la pena seguir operando en Venezuela y de si van a poder seguir trabajando en el país”, dijo. Añadió que es posible que empresas busquen minimizar su capital de trabajo o se ajusten a unos planes de contingencia que afectarían el desenvolvimiento de las compañías.
Por otra parte, Juan Pablo Olalquiaga, presidente de Conindustria, afirmó que el jueves 7 de marzo antes del apagón la actividad del sector industrial se encontraba en una contracción tan fuerte que los efectos en términos de producción por no haber operado en esos días sin luz son “pocos significativos”, pues las compañías están en este momento sobredimensionadas para el mercado que están atendiendo. “Uno con cuatro, cinco, diez o doce días de producción puede cubrir la demanda completa de un mes. Entonces, lo que no produjiste en esos días, lo haces el resto del mes”, indicó.
Desde el punto de vista de las ventas, afirmó que sin duda cualquier día sin vender es un día perdido. Sin embargo, los comercios, que son a quienes las industrias abastecen, ya están muy “desinflados” debido a la caída en el consumo por el empobrecimiento de los venezolanos, resultado, principalmente, de una hiperinflación que registró en febrero una tasa interanual de 2.295.981% y que ha pulverizado cada salario mínimo que anuncia Maduro e incluso el poder adquisitivo de los dólares.
“Tal vez unos de los efectos de estos días sin electricidad pueden ser que los comercios se asusten más ante los saqueos, cosa que ya venía de antes. Los comercios ya estaban asustados con el tema del vandalismo, porque en este entorno de incertidumbre política, las manifestaciones y los saqueos han sido una cosa que ha estado presente permanentemente. Además, como no hay pólizas de seguro para amparar a los comercios, se sienten asustados de que, si compran y los saquean, se van a quedar con unas deudas que no pueden pagar”, añadió.
Saqueos
Entre los días 7 y 12 de marzo, más de 500 comercios e industrias fueron saqueados en el estado Zulia, entre ellos farmacias, supermercados, galpones de almacenamiento, tiendas de calzado, tiendas de ropa, jugueterías, ferreterías, licorerías, embotelladoras, fábricas de hielo, industrias lácteas, entre otros, han sido saqueados.
“Esto ha sido un duro golpe para todo el empresariado, sobre todo para aquel que no podrá volver abrir sus puertas, debido a que no tienen la capacidad financiera para suplir el daño ocasionado. Responsabilizamos a los cuerpos de seguridad, que estuvieron presentes en los actos vandálicos y no ejercieron su función de resguardar y defender los bienes y servicios de los ciudadanos, no cumpliendo sus funciones y su deber, dejando a la población en total anarquía”, afirma en un comunicado Fedecámaras Zulia.
El gremio empresarial exige la indemnización económica de los afectados por las pérdidas millonarias causadas por “la ausencia de la protección a la propiedad privada por parte del Estado”
En el saqueo ocurrido el día lunes 11 de marzo en la agencia de distribución de Pepsi-Cola Venezuela, las pérdidas materiales se calculan en más de 52.000 cajas de producto terminado (agua, refrescos, jugos y bebidas deportivas), 22 camiones, 5 montacargas, 23 computadoras, mobiliario de oficinas, entre otros deterioros generales, informó en un comunicado Empresas Polar. “En la agencia de Cervecería Polar se cuenta el saqueo de más de 570 cajas de producto terminado, aproximadamente, entre otros daños. En las 4 instalaciones saqueadas, las pérdidas calculadas hasta el momento ascienden a más de 18.600 millones de bolívares”.
En un comunicado, Conindustria condena las acciones de violencia contra empresas y comercios. Afirma que los saqueos, el vandalismo y los actos delictivos que se produjeron principalmente en el Zulia, se sucedieron, en algunos casos, “ante la mirada indolente y permisiva de los cuerpos de seguridad del Estado”.
Señala que más de veinte empresas, principalmente de los sectores agroindustrial, farmacéutico y de transformación de plástico, han sido saqueadas y sus instalaciones destruidas total o parcialmente.
“Venezuela es hoy un estado fallido, sin una autoridad legítima en el poder ejecutivo, incapaz de suministrar debidamente servicios básicos y calidad de vida para sus habitantes; así como de mantener la seguridad e integridad del territorio nacional. Ese es el legado del llamado ‘socialismo del siglo XXI’, un régimen de oscuridad”, añade.