Memoria desordenada, por Marisa Iturriza
Mail: [email protected]
Amo este sol y esta tierra/de palmas tensas y abigarrados colores
(Eugenio Montejo)
Tejía sentada en su sillón cuando la gata se detuvo frente a ella y siguió su camino un rato después con felina elegancia. Al bajar la mirada, Mamá gritó consternada porque entre los pies ¡Le había dejado un ratoncito! tal como el obsequio que un anfitrión puede recibir de quienes le visitan, solo que en vez de la botella de vino, el postre delicado, los bombones de chocolate venezolano, el ramo de flores o la réplica de la consabida «espada que camina» lo que el más alto (en más de un sentido) funcionario local en ejercicio obsequió al mandatario del país de Oriente que visitó recientemente fue nada menos que un gran trozo de terreno patrio, en contraste con las expropiaciones anteriormente ejecutadas contra dueños o responsables de activas propiedades o empresas productivas.
*Lea también: El ejemplo de los vietnamitas, por Pablo M. Peñaranda H.
Es innegable que si algo ha caracterizado a el proceso es su generosidad desatada tipo Con lo que nada nos cuesta, hagamos fiesta. Se dijo que la guerrilla colombiana merecía beligerancia y diversos grupos de la misma, algunos «enguerrillados» entre sí, se establecieron en diversos puntos de la geografía nacional, agreden algún ciudadano o autoridad y participan en los traslados aéreos de lucrativas yerbas a Centro América y otros puntos.
Difícilmente la memoria puede organizar los miles de «detalles» que le salen al paso, por ejemplo el gusto «revolucionario» por títulos largos y rimbombantes ¿Qué pasó con el proyecto denominado Central Industrial Azucarero «Ezequiel Zamora» ¿o algo así? Parece que estuvo en manos de expertos devenidos de la isla que en su pasado tuvo la mayor producción azucarera del mundo, en donde –según dijeron– también se le construyó una refinería de petróleo para convertirla nada menos que en El Polo Industrial de América.
De tan desordenado repaso salta el asunto del Esequibo, del cual el mandatario anterior dijo no había que reclamar si no buenamente eliminar, dificultándonos la salida al Atlántico que los avispados beneficiarios aprovechan para buscar Petróleo. En cambio acá se instaló el Arco Minero del Orinoco, llamado apropiadamente el AMO, para explotar, desalojar, depredar y extraer todo el oro y cuanto mineral haya, mientras miles emigran a otros lares en post de mejores condiciones.
A pesar de todo, aún tenemos un potencial desarrollable mediante buena voluntad, salud, educación, ciudadanía, respeto, justicia y libertad para todos.
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo