¿Menos competencia, más colaboración?, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidSomozaM
Crecer y ser rentable es el norte de las empresas sin importar su tamaño, rubro o el tiempo que llevan en el mercado. En esta época esa meta puede hacerse cuesta arriba, tomando en cuenta, primero, los estragos causados durante más de dos años de pandemia, y ahora por la amenaza de una recesión global.
Sin embargo, las compañías no pueden quedarse de brazos cruzados, es necesario que busquen mecanismos que les permitan crecer y garantizar la rentabilidad. Ciertamente no es tarea fácil, pero tampoco imposible. Es clave, si aún no lo han considerado, trazar estrategias de crecimiento sostenibles en el tiempo.
Además de ello, también afrontan un creciente desafío. Se espera que atiendan las demandas de los consumidores y la sociedad en general. Tal y como lo expone Carmine Di Sibio, director ejecutivo de la firma EY.
«A medida que las organizaciones se esfuerzan por cumplir con las crecientes expectativas de los consumidores y de la sociedad, enfrentan una inflación récord que reduce los márgenes de ganancias, los impactos del cambio climático, mayores tensiones geopolíticas, incluida la guerra en curso en Ucrania, y la comprensión de que la estructura del comercio transfronterizo, la inversión extranjera y la globalización está cambiando fundamentalmente», señala.
*Lea también: Cambio y continuismo, por Fernando Luis Egaña
En sus reflexiones, tituladas «Competencia versus colaboración: repensar cómo las empresas innovan y crecen» y publicadas por el Foro Económico Mundial, también advierte que, ante tan gigantes desafíos, «tenemos que reconsiderar cómo operamos».
Su anterior comentario tiene que ver con el modo cómo las empresas han venido operando. «La competencia ha sido durante mucho tiempo el modo predeterminado para las empresas de todas las industrias. De hecho, siempre será necesario un elemento de competencia para impulsar el crecimiento. Pero ha llegado el momento de reconocer que los modelos colaborativos pueden superar a los puramente competitivos. Comprender cuándo y cómo integrar estos enfoques aparentemente opuestos puede ser la clave del éxito en un mundo complejo que cambia rápidamente».
Y en efecto, pues en esta época ninguna empresa por sí sola podría lograr avances significativos en temas como el cambio climático u ofrecer las soluciones que exigen, precisamente, los consumidores y la sociedad. No obstante, eso no las exime de experimentar cierta aprehensión –y con toda razón– sobre cómo transformar sus modelos de negocio cuando abunda el riesgo y cómo priorizar la colaboración en un mercado competitivo.
Pese a ello, podrían considerar que las alianzas comerciales pueden brindarles acceso rápido a la tecnología, habilidades y datos que conducen a la innovación; así como una mayor agilidad y resiliencia.
Para aprovechar al máximo los beneficios de la colaboración, las empresas deben implementar modelos comerciales de ecosistemas efectivos, pero eso no sucede de la noche a la mañana. No pueden ser esfuerzos únicos, deben integrarse en la cultura de las organizaciones.
«Como directores ejecutivos y líderes empresariales, a menudo estamos condicionados a adoptar un enfoque de suma cero. Cuantos más servicios o productos vendemos a los clientes, menos lo hacen nuestros competidores y viceversa. El problema con esa mentalidad es que limita las oportunidades de responder rápidamente, alinearse con aquellos que tienen recursos complementarios e innovar rápidamente para entregar al mercado de manera eficiente y efectiva», sostiene Di Sibio.
Para hacerlo bien, agrega, en lugar de pensar en el servicio, producto o proceso, las empresas deben preguntarse: ¿qué problema estamos tratando de resolver? Si no puedo resolverlo solo, ¿quién tiene la pieza del rompecabezas que necesito? Y, lo que es más importante, ¿cómo reúno a estos socios en el modelo correcto mutuamente ventajoso para brindar una solución?
Así que no hay que perder de vista que la «nueva realidad» ha impuesto una nueva forma de gerenciar. Las empresas tienen que innovar en sus estrategias y modelos de negocios para conquistar a clientes más exigentes, críticos y con mucha información, y responder a esa sociedad que quiere también soluciones. Entonces, ¿menos competencia, más colaboración? Que las empresas decidan.
David Somoza es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo