Miqui sí se echó a Rangel, por Simón Boccanegra
En fin de cuentas nunca se sabrá si Chávez quería o no echarse al pico a su ministro Rangel con sus alusiones al voto que salvó a CAP, pero en el batiburrillo que se armó, el viejo Miqui aprovechó para deshacerse de otro Rangel, el admirado Ángel, hasta ayer jefe de la Defensa Civil y uno de los pocos funcionarios que sirven para algo en esta feria de inútiles que es el team gubernamental. Angel ha dicho que su brutal destitución, que incluyó un allanamiento de su oficina por la PTJ y Disip, se debe a que protestó una ley de Defensa Civil, paralela a la que su despacho había elaborado, manufacturada, nada menos y nada más que por la hija de Miquilena. De manera que ahora el nepotismo no es sólo darle chamba a los parientes sino otorgarles poderes especiales, que los colocan por encima de cualquier otro funcionario. Si usted como servidor público no se cala los caprichos de los familiares de su jefe lo mejor es que vaya presentando su renuncia. Ciertamente, los cargos no son vitalicios; la que sí parece vitalicia es la tendencia al abuso y a la arbitrariedad, sobre todo cuando se ejercen de manera típicamente mafiosa: no sólo te destituyo sino que te amenazo con la policía por si se te ocurre revirar. Propio de Don Corleone. El de la película, porsia.