Misión Creyón, por Simón Boccanegra
El sábado se inauguró la Misión Vivienda, otro plan más de Chacumbele para enfrentar el déficit habitacional, el cual no ha hecho más que crecer dada la incompetencia de su gobierno, el que menos casas ha construido en toda la era democrática. El plan comienza mal. Uno de sus principales responsables, el jeque de Pdvsa, dice que no hay que estar inscrito en el PSUV para poder recibir una vivienda. Esas palabras corresponden al mismo personaje que afirmó que la estatal petrolera era roja rojita.
Debían cuidar un poco las formas y poner a decir esas cosas a alguien menos rayado. No aclaró si revisarían la lista Tascón, tal como hacen normalmente en la industria petrolera. La segunda mentira es la de que los censos anteriores, este no es el primero, serán tomados en cuenta para la adjudicación de las casas, una manera elegante de decir que no les piensan parar bolas a los referidos censos y, probablemente, a este tampoco.
Otra embuste es que la «nueva» misión no tiene relación con la campaña electoral, el mentiroso es el mismo jeque de antes, quien agrega, para hacer más grande el embuste, que todos los sectores sociales serán beneficiados con el plan.
Pero la anterior no es la última, pues el mismo personaje agregó que la empresa privada nacional participará en la construcción de viviendas, lo que fue desmentido, sin querer, por el canciller Nicolás Maduro, cuando vino a meter otra coba y dijo que «el mundo entero viene a apoyar la Misión Vivienda» y además lo hacen por amor, en referencia a las empresas extranjeras participantes. Será por amor al billete que se van a llevar.
Por supuesto que la mentira más grande es esa de que van a edificar 150 mil viviendas en 2011. En el primer trimestre del año, según el zar de Pudreval, se han entregado ocho mil, y esas las comenzaron a construir en 2010.
El vividor viviendo de la Misión Vivienda, Chacumbele, piensa que se la está comiendo, pero la mayoría de los venezolanos no participa ya en la misión «creyón».
