Monseñor Basabe advierte que dirigencia política está «desconectada» del pueblo
Monseñor Víctor Hugo Basabe indicó que la gente se siente sola y que la iglesia ha brindado un acompañamiento a la ciudadanía, cosa que los políticos de ambos casos no ha ocurrido
El obispo de San Felipe y Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Barquisimeto, monseñor Víctor Hugo Basabe, manifestó este lunes 23 de noviembre que la dirigencia política del país -de todos los sectores- está «desconectada con su realidad» y expresó que la ciudadanía se siente sola.
Recordó que hubo una encuesta realizada hace año y medio donde se medía los niveles de aceptación y credibilidad de varias instituciones por parte de los venezolanos y dijo que la iglesia está en uno de los primeros lugares porque los ciudadanos se sienten acompañados por parte de los religiosos, pero los políticos del país no capitalizan ese descontento.
«La dirigencia política está totalmente desconectada de la gente. Nosotros no es que aspiramos y no es nos consideramos que somos los promotores del cambio que a nivel político que se debe hacer en este país (…) nosotros aupamos y somos la voz de la gente que pide ese cambio y pedimos que sea un cambio que los intereses grupales y personales se pongan de lado y se ponga en el centro al pueblo venezolano, que cae en miseria y abandono», aseveró.
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En entrevista concedida a César Miguel Rondón, monseñor Basabe subrayó que las personas perciben que hay una «disputa del poder por el poder», pero que en los planes de los políticos no están incluidas las soluciones a los problemas que padecen los venezolanos, lo que a su juicio representa que hay un pueblo «huérfano».
«Hace dos días tenía conversación con persona allegada al gobierno, le decía que veo es que aquí pudiéramos ir camino a lo que no debiera suceder porque ‘tanto da el cántaro el agua hasta que se revienta’ y el problema es porque por un lado, tenemos una organización criminal al frente del gobierno y por otro tenemos una dirigencia política que no es creíble», comentó.
Teme que en el país se generen «situaciones preocupantes» porque hay situaciones que están resintiendo la paciencia del pueblo venezolano, como pasó hace varios meses en el estado Yaracuy, cuando la ciudadanía salió a protestar sin ser convocados por los políticos. «La represión fue terrible. Acá hay todavía personas detenidas a consecuencia de esas protestas».
Lamentó que en Venezuela la hiperinflación esté haciendo estragos en el ánimo del pueblo e hizo referencia al aumento del dólar paralelo, donde «los precios llegaron a unos límites donde la gente prácticamente no puede comer nada» al hacer referencia que una bolsa de pan con 10 unidades cuesta un millón de bolívares, versus que la mayor parte de la población depende de un sueldo mínimo menor a ese monto. «La gente busca cómo sobrevivir y en ese buscar, la gente se siente sola», dijo.
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«Los obispos hablamos no como actores políticos, sino conscientes de estar investidos de un ministerio profético que nos lleva a denunciar las injusticias que se cometen en en el seno del pueblo, anunciar esperanza y la salvación y por supuesto, invitar a la conversión de quienes están al orden de estas injusticias», recalcó.
En ese sentido, expresó que la iglesia «toca con las manos el sufrimiento de la gente» a través de Caritas, diciendo que por ejemplo en el estado Yaracuy los niveles de desnutrición pasan del 34% pero lamentó que solo puedan atender entre un 5 y 6% de la niñez perjudicada porque cuentan con pocos recursos para hacerlo; situación que se estaría replicando en Barquisimeto.