Movimientos telúricos, por Simón Boccanegra
En el mundo chavista está temblando la tierra. Ahora resulta que existe hasta una corriente «florencista», según la alusión que hiciera el jefe del combo a Florencio Porras, ex gobernador de Mérida. Chacumbele se expresó en forma tan despectiva de Porras («no sé ni dónde está ni qué hace») que no se puede sino inferir que este debe estar diciendo cosas que arañan las Altas Orejas. Porras es un militar del 4F que, incluso cuando era gobernador, solía expresarse en forma no muy respetuosa del Presidente. Es más, cuando estaban presos, Porras, quien parece que es un buen dibujante, hacía caricaturas bastante irreverentes de su comandante. Ahora que no tiene chamba oficial es bien probable que cuide mucho menos sus expresiones, si nos atenemos al disgusto que mostró Chacumbele el domingo pasado. Además, su insistencia en la «unidad» del PSUV es una clara evidencia de que esa montonera es un verdadero saco de gatos. Cómo será la cosa que desde sus filas me llegó una bola que vendo al precio de costo. Según y que el 2 de febrero pasado, Diosdado Cabello, nada menos que el poderoso Diosdado, habría dicho que presentaría la renuncia al Líder Máximo. Dice la bola que según y que su propia gente lo disuadió con un argumento que él no encontró cómo rebatir: «Ah, entonces tú te vas y nosotros quedamos aquí, ensartados con este caballero». ¿Verdad? ¿Mentira? No lo sé, pero que salgan esta clase de bolas nada menos que del partido oficial indica que ese no es propiamente el mar de la tranquilidad, mucho menos el de la felicidad.