Mr. Bush, el proteccionista, por Simón Boccanegra
Este minicronista no ha leído todavía a uno solo de los campeones venezolanos del ALCA comentar las recientes medidas tomadas por el gobierno de los Estados Unidos para elevar los aranceles a sus importaciones de acero. Pero no es sólo al acero, también para los textiles y para el jugo de naranja. Hagan lo que yo digo y no lo que yo hago, es lo que realmente nos dice el presidente gringo. Bajen ustedes, latinoamericanos, sus aranceles para nuestros productos que nosotros subiremos nuestros aranceles para los de ustedes. Mister Bush, quien tiene fama en EEUU de no ser el más listo de los hijos de su padre, aparentemente no se ha dado cuenta de la contradicción. Estuvo en Monterrey y, como si no hubiera quebrado un plato, dijo que la clave de la lucha contra la pobreza es el libre comercio. Lo mismo repitió en Lima. El ALCA, sin embargo, sólo puede ser una opción si las reglas de juego dejan claro que entre sus socios no hay uno que es más igual que los 33 restantes. No sé si el recién fundado partido liberal considerará esta modesta aspiración como uno de esos resabios comunistas a los que ha declarado la guerra, pero se me ocurre que algo debería comentar.