Murió un valiente, por Héctor Pérez Marcano
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Acaba de fallecer Rolando Petit. Su fallecimiento resta uno de los hombres más valientes que yo he conocido. El Maracucho Petit como le decíamos sus compañeros y amigos de las FALN. Rolando dejó una huella de pundonor y valentía imborrable para quienes fuimos sus compañeros en las filas de quienes en la terrible década de los 60 activamos en la lucha armada urbana y rural. Rolando participó en las más arriesgadas y atrevidas acciones de las FALN.
Fue audaz y atrevido como pocos en las UTC. Dirigió y participó en las operaciones más riesgosas, en lo que podríamos llamar la etapa de oro de la lucha armada urbana del MIR y el Partido Comunista de Venezuela.
Comandó a la UTC que realizó, en las narices de la Policía Metropolitana de la época, el atraco al Banco de Venezuela en donde se logró el más cuantioso botín de las operaciones realizadas para fortalecer las finanzas de la lucha revolucionaria.
En pleno mediodía a 150 metros del Comando de la Policía Metropolitana, cuya sede estaba enfrente del Palacio Legislativo de Monjas a San Francisco, la operación se realizó en la sede del Banco entre las esquinas de Sociedad y Traposos. Su fallecimiento me hizo recordar los versos de César Vallejo: «Hay golpes en la vida tan duros que, yo no sé, golpes como del odio de Dios». Así ha sido el tuyo, hermano.
Recuerdo tu firmeza cuando las FALN secuestraron al Agregado Militar Norteamericano en la Embajada de Caracas para canjearlo por Nguyen Van Troy, revolucionario vietnamita condenado al paredón por intentar ajusticiar a McNamara, secretario de Defensa del presidente Jhonson.
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La operación fracasó porque los norteamericanos fusilaron a Van Troy pese a que las FALN habían liberado sano y salvo al coronel norteamericano creándole un grave problema a las FALN por el fracaso de la operación.
Te despido con la frase del Che: «Hasta siempre».
Héctor Pérez Marcano fue dirigente político y diputado del Congreso de la República.
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