MVR y Gobierno sí son la misma cosa, por Simón Boccanegra
Chávez acuñó hace poco aquello de que el partido y el gobierno la misma cosa NO son. Para que nadie se confunda, reorganizó la dirección del MVR y le metió cinco importantes funcionarios públicos, con funciones ejecutivas. O sea no meros miembros del organismo sino directivos con cargos específicos, que deberán compartir con sus responsabilidades de gobierno. La lógica indica que cuando un partido accede al poder, aquellos de sus dirigentes que se van a ocupar de gobernar deben ser relevados de su condición de dirigentes activos -incluso sin perder su condición de miembros de los organismos de conducción, porque es bueno que ese vínculo se mantenga- precisamente para que su responsabilidad fundamental pueda ser ejercida con la mayor eficacia. Pero Chávez procede al revés. Se trae gente del gobierno para que dirija el partido. ¿Cómo hacen los militantes del MVR para creer que no son la misma cosa? El discurso de Mérida se incorpora plenamente a la antología de frases que ilustran la obra titulada «Mírenme las manos y no la boca», con un subtítulo alegórico: «No le paren a lo que digo sino a lo que hago».