Narcisitis aguda, por Simón Boccanegra
Hugo se quejó de que los periódicos tienen quince días que no se ocupan, en sus primeras planas, de otra cosa que de la situación internacional y no le paran a las «cosas buenas» que su gobierno está haciendo. No tiene este minicronista que ejercer ilegalmente la profesión de psicólogo o psiquiatra para diagnosticar un caso de narcisitis aguda. Creo que Edmundo Chirinos no me desmentirá. Pareciera que el Presidente, cual Narciso (no su hermano sino el personaje mitológico), se hubiera quedado sin el agua donde se extasiaba ante su apuesta figura: Hugo ha sido desplazado de las primeras planas y no lo soporta. Verse metido en las páginas interiores es demasiado para su ego. Por eso, cual niñito que quiere llamar la atención de los mayores, chilla y berrea para que lo tomen en cuenta. Se le ocurren cosas «estrafalarias» (Leopoldo Puchi dixit), como esa de mandar dos aviones Hércules a la frontera con Afganistán, cargados de militares que probablemente será más lo que estorbarán que lo que ayudarán, pero que le permiten volver al primer plano de la crónica. Esperemos que, como en El Salvador, no les digan «No me defiendas, compadre».