Necesitamos una opinión pública, caiga quien caiga, por Ángel Monagas
Twitter e Instagram: @AngelMonagas
La opinión pública sigue conmocionada con varios hechos en los Estados Unidos. Por ejemplo, la renuncia de Cuomo, el gobernador de New York. No habiendo una decisión judicial, ni siquiera una acusación formal, su renuncia se produce por efecto de la presión pública.
En Estados Unidos hay mucha variedad en la opinión pública. Las hay naturales, pagadas, etc. Lo que nadie puede negar es que ella produce efectos. Ella es respetada, algunas veces temida, otras injusta.
La opinión pública es real. De auténticos efectos en la política.
Más allá de estar o no de acuerdo con la renuncia de Cuomo, produce envidia ver una sociedad, llena de fallas, de errores, de manipulaciones, que respeta, que la acata, cuando se hace pública ante una situación, a diferencia de lo que ocurre en nuestro país.
¿Ustedes se imaginan a un funcionario público nuestro renunciando porque unas mujeres lo señalan de acoso sexual? Ese país no existe para nosotros. Es impensable. Puedo, incluso, asegurar que en Venezuela ese dirigente recibiría elogios en lugar de críticas.
Recuerdo cuando Clinton fue acusado. En Estados Unidos el manejo de los medios lo favoreció y lo exoneró. En Venezuela, desde el principio, esa situación generó «bromas, chistes y comparaciones». Desde el principio.
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Aquí acaban de celebrar un falso ejercicio democrático con reglas de juego establecidas, cambiadas y aplicadas a su interés, donde prevalecieron los enfrentamientos armados, golpes, señalamientos, etc., menos que un debate de ideas, de planteamientos.
De paso, llegamos al paroxismo de la burla cuando los representantes de esa tragicomedia electoral niegan esos eventos y los presentan como ejemplos.
Las primarias del PSUV no fueron elecciones sino adjudicaciones bajo la égida de los tiranos. El resultado y el interés nacional fue secundario.
Lo mismo podemos decir de los contrarios al chavismo, mal llamados «oposición». El pacto de salvación nacional es de salvación personal. Van a México en turismo político. Ya todo está arreglado y es decepcionante leer todos los días sobre los regresos, las habilitaciones de quienes hasta ayer llamaban «dictador» a Nicolás. Pregunto, ¿y después de inscritos o electos, cómo se dirigirán a él?
¿Por qué no participaron el 6D pasado? ¿Por qué ahora se vislumbra una salida electoral? Sería que antes había otro interés… ¿Hay más condiciones para participar ahora que para el 6D? ¿Por qué nadie le ha dado la cara a la opinión pública y pide perdón por el error, si es que hay que pedirlo?
La burla, el irrespeto es la norma.
El wiski rueda a placer. Ya varios han sido vistos en la Plaza Garibaldi disfrutando de los mejores mariachis. Han tomado de la mejor penca de tequila.
Yo estoy de acuerdo en ir a elecciones. Sin embargo, es necesario que se disculpen ante la gente y admitan que no han podido mejorar las condiciones.
Háganlo rápido. Ya hay varios —como Smolansky— criticando la participación o ¿llorando por la pérdida de la beca? ¿Qué cree usted?
En Venezuela hay censura del régimen en muchos medios. Igual la hay de los mercaderes de la información, los mismos que con mujeres desnudas mantienen los falsos números de un portal. En esos medios también eres censurado si dices algo en contra de lo más inútil que una pistola de mariachi: el gobierno interino. Nunca fue gobierno, salvo para manejar a través de terceros las ayudas y presentar un informe muy fallo, contradictorio, entre otros.
No hay una legítima defensa de la opinión pública en Venezuela. Celebro la política editorial del Diario TalCual, impregnado del buen periodismo.
Quieren salvar a Venezuela, es simple: Hagan oposición y abandonen el «calculismo» político.
Ya sabíamos que Maduro no podría. El asunto es que los que quieren venir actúan de la misma manera, aunque en menor cantidad.
La idea de la MUD-G4 es vender que participar no es nada malo, yo agregaría: tampoco nada bueno.
La alianza o apodados «alacranes» no participaran. Ellos han negociado abiertamente con Nicolás. Por lo menos no lo hicieron a escondidas como los «contrarios al chavismo», mal llamados «oposición». En esta columna advertimos que Noruega nunca se había retirado y que las reuniones se dieron no tan «top secret».
La MUD-G4 debiera empezar por explicar: ¿por qué no fueron el 6D a elecciones de AN, cuando incluso había mejores condiciones? Al menos deberían asumir el error.
Seguimos con más de 300 presos políticos.
Lo último. Cómo es que durante tanto tiempo han calificado a Nicolás y a su gobierno de un régimen que ha cometido delitos de lesa humanidad y ahora se sientan con ellos, en un acuerdo ya «acordado» (perdonen la necesidad de redundar).
Por eso insistimos sobre la necesidad de una fortalecida opinión pública, que sea auténticamente caiga quien caiga.