¿Neoliberal yo?, por Teodoro Petkoff
Discurso del Presidente al inaugurar la planta procesadora de sapoaras en Turimiquire
Buenas noches, pueblo bolivariano. Estamos inaugurando hoy esta planta, la primera de una cadena que vamos a franquiciar bajo el nombre de Sapoara Truching Company… Es una pequeña industria para Turimiquire pero un gran paso para Venezuela. De la sapoara vamos a incursionar en la guabina, y después en la trucha. Por cierto, nuestro experto en guabineo está aquí esta noche compartiendo con nosotros. Un saludo para el ministro de Defensa. Que Dios te bendiga, hijo.
Pero hoy les quiero hablar de economía. Por cierto, Bolívar no tenía a un hombre como Giordani, que pudiera arrojar luces… Tenía moral, sí, pero luces económicas no tenía. A lo sumo un bombillito, o sea, un cirio, una antorcha. Hoy contamos con toda una infraestructura para tomar decisiones. Por eso es que hemos estado tan claros en el rumbo económico de la quinta república. Por allá está mi amiga Luisa, ministra de la Producción y el Comercio. Ella está bien clarita con las restricciones a ciertos productos importados. Por ejemplo, estamos importando de China pilas de primera calidad. Eso tiene cero arancel… ¡Y tiene que ser así! Porque en este país necesitamos pilas para todo. Sin ir más lejos, la Barbie de Rosinés funciona con pilas… El marcapasos de Miquilena funciona con pilas… Iván Rincón funciona con pilas. ¡Dígame usted si no contáramos con las pilas del gatico made in China cómo haría Iván Rincón para tomar esas decisiones tan difíciles en el Tribunal Supremo! Pero, en cambio, no necesitamos importar panelas de San Joaquín. ¿Para qué vamos a importar panelas de San Joaquín si aquí mesmo las tenemos como monte? Lo que tenemos que hacer es exportarlas. Ya yo estoy llamando al comandante Fidel para cambiarle una remesa de anestesistas por una tonelada de panelas de San Joaquín con todo y las muchachitas que las venden, con su tongoneo característico. Ese tongoneo es una buena ventaja competitiva de nuestras panelas, un plus… ¿Así es que se dice, Diosdado? Un plus para este commodity… ¿Cómo te quedó el ojo, Merentes? Aaaaahhhhh, compañeros, porque el neoliberalismo también tiene sus ventajas, no vayan a creer. Pero lo que no podemos permitir, amigos, es que la salud, la educación y la seguridad social sean privilegio de unos pocos. Eso se acabó en la quinta república. Aquí todo el mundo tiene derecho. Ya he ordenado a la ministra María Urbaneja que reparta un pote de Baygón cada diez ranchos en los barrios populares de Caracas y del interior. Y condones para los pipotes de agua. Eso es salud y lo demás es salvajismo. También le vamos a dar educación a todo el mundo. En el canal ocho, de ahora en adelante, estará Héctor Navarro todas las mañanas, indicando cómo preparar los más sabrosos platos de la cocina popular bolivariana. El primer programa será sobre cómo hacer rendir un hervido de sardina con yuca. La yuca la repartiremos a través del Plan Bolívar 2001, puede que de cada diez sardinas llegarán una o dos a su destino, pero no importa, esta revolución se va a sentir de verdad en unos 30, 40, o 50 y pico’e años: vamos pa’lante, Rosendo.
¿Y qué me dicen del Banco Central? A paso de vencedores vamos a tomar una decisión sin precedentes y los escuálidos no van a tener más excusa para echarme plomo cerrado: ya la era de la confrontación pasó. El Banco Central es del pueblo, y como yo represento al pueblo, lo paso al Ministerio del Ambiente. Allá van a saber cómo crear las condiciones necesarias, el buen ambiente, pues, para que la gente tenga confianza en el bolívar. Acuérdense, por cierto, que la propiedad privada no es sagrada, vuelvo y lo repito. Porque por mucho que se tongonee, siempre se le verá el bojote