Niño mentiroso, por Teodoro Petkoff
Si nos atenemos a Chacumbele, diriase que «El Niño» la tiene cogida con nosotros. ¿Cómo, si no, explicar que en los países del Pacífico suramericano no se va la luz, y, en cambio, aquí se va a cada rato? Según nuestro preclaro conductor, son maldades del chamo. Es muy raro, porque Colombia, por ejemplo, que recibe de lleno su impacto, ofrece vendernos electricidad y a nosotros, que, hace algunos años, le vendíamos a Colombia, ahora no nos alcanza. «El Niño», que, váyase a saber por qué han bautizado de modo tan tierno a un fenómeno natural que se porta tan mal, es una corriente fría que sube desde el Antártico hacia el norte, a todo lo largo de la costa del Pacífico, y que al meterse en aguas más cálidas provoca serias perturbaciones climáticas. Desde que «El Niño» anda suelto, en toda Sur América se están produciendo fenómenos naturales de una intensidad mayor que nunca antes. Inundaciones catastróficas o sequías brutales se alternan, incluso en países vecinos.
Pero, algo no cuadra en las coartadas de Chacumbele. En efecto, llama mucho la atención que en ninguno de los países directamente afectados por «El Niño», hay crisis eléctrica y aquí sí. La explicación no puede ser, entonces, la que con tanto empeño nos vende Chacumbele. Que el verano está siendo particularmente riguroso y que la sequía castiga con fuerza los nacientes de los grandes ríos guayaneses, nadie lo va a negar. Pero, ¿por qué, si en 2001, el verano y la sequía fueron peores que esta vez y el nivel de las aguas de Guri bajó a los fatales 240 metros sobre el nivel del mar, no hubo escasez eléctrica? Es obvio que para entonces el Sistema Eléctrico Nacional tenía una capacidad instalada de generación eléctrica que le permitía compensar la disminución de flujo eléctrico desde Guri. El país vivía de lo que dejaron los gobiernos anteriores.
Chacumbele aduce también, en una mezcla de sus proverbiales mentiras con verdades, que ha crecido la demanda y por eso la oferta no alcanza. Colón. Pero, ¿el iluminado capataz se habrá paseado por la circunstancia de que en todos los países vecinos la demanda también ha crecido y sin embargo la oferta alcanza? El autogol es de media cancha. En los países vecinos, donde «El Niño» golpea con más furia que aquí y donde también ha venido creciendo la demanda, los gobiernos se preocuparon por hacer las inversiones necesarias para aumentar la generación de electricidad al compás del crecimiento de aquella. ¿Es tan difícil de entender esto? Aquí, sencillamente, «el niño» que nos gobierna, tan destructivo como su homónimo, no hizo sus tareas y fue raspado. Lo más cómico que últimamente nos ha pasado en este campo es que el «duro» Jaua rechazó la oferta colombiana de suministrarnos electricidad, como si hubiera sido un insulto. Tenemos al lado un país que puede proporcionarnos algunos kilovatios y el gobierno lo rechaza, pero se trae a unos técnicos cubanos, que en materia eléctrica están en la Edad de Piedra, para que asesoren. Peor que un mal gobierno es uno malo y terco y que, encima, se las echa de socialista.