Nixon Moreno continúa «preso»

Murió un estudiante en Mérida, víctima de un «chinazo» disparado por un policía. Ahora, seguramente inventaran que fueron sus propios compañeros quienes lo ultimaron. No tendría nada de extraño. Ya una vez inventaron que uno de los más prestigiosos líderes estudiantiles de la Universidad de Los Andes (ULA), Nixon Moreno, intentó violar a una agente de la policía nada menos que en medio de una manifestación universitaria. Esa estrambótica acusación, inverosímil por donde quiera que se la mire, es la que sirve de base al juicio abierto contra Nixon, que lo llevó a refugiarse en la Nunciatura Apostólica, convencido como está, sin que le falte razón, que si pudieron fabricar esa acusación grotesca contra él, no faltará un juez que se preste para condenarlo con base en ella.
¿No hubo un juez que dio por buenas las declaraciones del testigo consentido de Isaías Rodríguez? ¿No hubo fiscales que con base en ellas montaron una patraña contra cuatro personas a las cuales pretendieron imputar como autores intelectuales del asesinato de Danilo Anderson? ¿No tenemos un contralor de la República que maneja como plastilina unas inhabilitaciones políticas absolutamente inconstitucionales? ¿Por qué asombrarnos entonces de que ahora inventen que al joven estudiante lo mataron sus propios compañeros? En ese vacío ético donde se mueve buena parte de la dirigencia oficialista todo es posible. Por lo demás, ¿hasta cuando piensa el gobierno tener prisionero a Nixon Moreno en la Nunciatura Apostólica?