No eran de la Cuarta, eran de la Quinta; por Simón Boccanegra

No eran de la Cuarta, eran de la No hay manera de librarse de Montesinos. Cada vez que nos proponemos volver a los temas permanentes aparece un nuevo detalle que nos mantiene clavados en el caso. Ahora resulta que, según el nuevo jefe de la Disip, Carlos Aguilera, los dos tipos que andaban con el criminal peruano (y que no fueron detenidos porque de acuerdo a la doctrina Miquilena, «no cometían ningún delito del cual acusarlos»), portaban carnets de la Disip, pero no de los devaluados de la Cuarta sino de los honorables y revolucionarios de la Quinta. Estamos a la espera de que el inefable «infiltrado» en el tercer anillo de seguridad de Montesinos eche su cuento, para ver cuántos de los otros integrantes de ese sistema planetario que dibujó Chávez podían «chapear» también con credenciales de las nuevecitas. Hablando en serio, esto no puede terminar en un grupo de «chinitos de Recadi». Nadie se puede tragar el cuento de que un tipo del calado de Montesinos podía llegar a nuestro país y permanecer en él ayudado por un grupo de policías descarriados. Gente muy pesada tenía que asegurarles a estos la impunidad.