No es Jacob el de la Biblia, por Beltrán Vallejo
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No se puede creer en esas denominadas “luchas contra la corrupción” que realizan de vez en cuando los regímenes dictatoriales. La historia de esos regímenes está llena de aparentes eventos de depuración moral, pero que muchas veces son montajes donde caen apenas los pendejos o más bien son “purgas” que evidencian luchas intestinas donde una camarilla del mismo bloque en el poder hiere a otra.
Se trata de que Tarek William Saab y en estos días Maduro, exhiben la detención del que hasta antier fue presidente de Gas Comunal Pdvsa, un tal chamo llamado Jacob Grey, denunciado como jefe de una trama de corrupción que comprendía el cobro en dólares de miles de cilindros de gas doméstico y el desvío de cisternas de gas licuado de la empresa estatal hacia plantas privadas. Pues yo no creo en esta bandera anticorrupción del madurismo.
Es llamativo que, a la hora de sacudir cimientos de corrupción, Maduro de vez en cuando se atrinchera en Pdvsa para hacer su cruzada. De allí salió un presidente de Pdvsa preso, gerentes detenidos y hasta fallecidos en calabozos. Hasta técnicos capturados bajo el calificativo de espías o saboteadores. Recalco que me llama la atención que las depuraciones anticorrupción de Maduro son en Pdvsa, pero jamás he escuchado sobre esta misma cruzada en las Fuerzas Armadas, y vean que esa es la institución que más presentación pública tiene de corruptelas, sobornos, enriquecimiento grosero, contrabandos y demás porqueriero.
El venezolano sabe que lo que viene es matraca cuando ve un uniforme de la Guardia Nacional a lo lejos.
Yo vinculo este evento con el pan nuestro de cada día de denuncias sobre la compra y venta doralizada de cilindros de gas doméstico en muchos estados, donde se habla de mafias en llenaderos de oficinas regionales de Pdvsa Gas y en gobernaciones y alcaldías.
Se trata de un océano de denuncias que se concentran en un negociado con la mayor calamidad social que haya tenido el pueblo venezolano en décadas y que se dibuja con la terrible imagen de la pobre señora llevando una carretilla de leña para cocinar algún magro almuerzo, ya que por su comunidad el camión de gas no aparece desde hace ocho o hasta más meses.
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Entonces, tenemos esta supuesta operación anticorrupción que termina con la captura de Jacob Grey y algunos de su banda. Y eso me hace recordar cuando el mayor general Ovidio de Jesús Delgado Ramírez, jefe de la Región de Defensa Integral de los Andes, le planteaba al pueblo la repartición de leña para mitigar la escasez de gas. Recuerdo que también llegó a decir esto: “Es lamentable, pero tenemos que adaptarnos. Pero ¿qué vamos a hacer?”.
¿Y quién colocó a ese corrupto de Jacob Grey en tal alto cargo gerencial en Pdvsa, precisamente en el foco de la angustia más cotidiana de los venezolanos? Este personaje de marras llegó a ostentar el cargo de director nacional de la Dirección General de Prevención del Delito del Ministerio para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz.
Por cierto, el 12 de febrero se cumplió un año desde que este caco, haciendo alardes de su sapiencia en ese organismo, anunciaba las acciones que venía ejecutando dizque para “minimizar la violencia y diversos delitos del país”. También llegó a decir en esa oportunidad que los delitos “habían mutado”. ¡Qué ironía, chico!; el que mutó fue él que se transformó en el rey del bachaquerismo de las bombonas de gas doméstico.
¿No será que estamos ante otro chinito de Recadi?
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